Le advierto de que esto no es un simulacro, ni el resultado de instalar una cámara oculta; esto que va a leer es producto de algo que ha ocurrido realmente y no se trata de una broma. A ver cómo se lo cuento sin que me dé la risa tonta o un ataque de ansiedad que me deprima los próximos seis o siete meses al comprobar que vivimos en un mundo imposible de sostener.
Vitoria De Felice Moraes, conocida como Viih Tube, es eso que se conoce como influencer y acumula más de 23 millones de seguidores. Esto significa que ingresa cantidades importantes por promocionar productos de todo tipo y por aparecer en los anuncios y por diversas zarandajas que resultan inexplicables para los que piensan que la realidad no es la Internet y solo la Internet. Pues bien, la criatura sintió un ‘dolor agonizante’ mientras estaba en un aeropuerto. Agonizante, sí, un dolor agonizante. De hecho le trasladaron en silla de ruedas hasta el centro de atención que suele haber en los aeropuertos. El aeropuerto era el de una ciudad portuguesa y la muchacha estaba acompañada por su novio Eliezer (famoso concursante de realites en su país), un sujeto que terminó siendo la causa de las desdichas de Viih Tube. Y es que la influencer terminó confesando que lo que había tenido era una acumulación de gases más que importante debido a que no quería expulsar las flatulencias delante de su amado Eliezer. Tengo que imaginar que el problema acabó en el momento en el que esta señorita se pegó un par de cuescos. Fin de la historia.
Por supuesto, los seguidores de Vitoria De Felice Moraes fueron informados en tiempo real de lo que iba sucediendo. Publicó una fotografía en redes mientras era trasladada en silla de ruedas y, más tarde, otra confesando que los gases habían sido la causa del problema. Del momento en el que se eliminaron esos gases no existe constancia. El tráfico en redes fue monumental y el número de seguidores se elevó considerablemente durante el tiempo que duró el show. Eso significa dinero y más dinero.
Ahora usted debería pensar en el mundo en el que vivimos, en lo que hemos convertido nuestra sociedad, en el dinero que se mueve alrededor de tanta idiotez y tanta incultura... Usted y yo mismo estamos obligados a pensar en todo esto para intentar enmendar las cosas si es que eso es posible. Porque vaya tela.