Cofradías

¡¡¡Respeto para la música!!!

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15 mar 2023 / 04:30 h - Actualizado: 15 mar 2023 / 05:30 h.
"Cofradías","Cuaresma 2023"
  • ¡¡¡Respeto para la música!!!

Vivimos desde hace décadas en Sevilla tiempos de gloria donde la excelencia de la música y el altísimo nivel musical de nuestras Bandas de CCTT y Agrupaciones Musicales, fueron y son, un referente nacional para infinitas formaciones repartidas a lo largo y ancho de nuestro país, las que ya estaban, las que vieron la luz debido a su pasión por la música e impulsadas por todo lo que desde aquí llegaba, y todas aquellas que, por afición y devoción a estos sonidos tan nuestros, hicieron posible cumplir sus sueños viéndose reflejadas en ellas.

Fuimos, y somos, un espejo donde descubrieron la inspiración, el talento, la armonía, y la maestría de los sonidos de la música que nos convirtió en la cuna donde se forjaron la revolución en los pentagramas, de unas partituras más propias, salidas de una asombrosa locura musical, que de la esencia del músico dotado con la sabiduría para cambiar el curso de la música y elevarla a su más alto grado de evolución.

Eso nos llevó, y nos sigue empujando, a ser seguidos, aclamados y admirados, por todas esas formaciones que un día soñaron con interpretar la música gracias a esos sonidos, y a sus compases, y que en reconocimiento a esos compositores tan brillantes que pusieron, y ponen, su talento al servicio de la música, nunca podremos agradecer tanto como hicieron, y hacen, porque de aquí partieron allende a nuestras fronteras, e hicieron grandes y visibles, el maravilloso mundo de la música procesional en Sevilla.

Es mucho lo que la música le debe a nuestras formaciones musicales más longevas, a esos jóvenes locos que empezaron hace ya muchos años atrás y que la afición empezó a abrirse paso entre la devoción para terminar siendo un estilo de vida, son esas que todos llevamos y tenemos en el pensamiento, esas que solo pensar en la música y aparecen, y sabemos, que forman parte del sagrado elenco del bendito mundo de la melodía y que tanto ofrecieron en aquella incipiente ilusión, que llega y dura, hasta nuestros días, por amor a la música.

Un sacrificio que no entiende más que el que la ama, la respeta, y la sueña.

Sin lugar a dudas hablamos del colectivo más sacrificado de todos cuanto congrega la Semana Santa de Sevilla.

Noches de llegar tarde a casa cuando todos duermen, duras noches de ensayos todo el año, frio, calor, lluvia, y lo que venga... hombres y mujeres entregados en sentido fervor a la música únicamente por un valor que les apasiona, y no me cansaré de repetirlo, su afición y amor por la música.

Bendito y bienvenido ese Consejo de Bandas de Sevilla que tanto intenta, dentro de sus posibilidades, ofrecer dignidad y decencia a esos miles de músicos que componen nuestras Bandas y que entregan lo más valioso que tenemos, nuestro tiempo, y todo, ya lo saben, por amor, sí, por amor a la música.

La música es arte, cultura, y tradición. Es pasión, afición, y es oración. La música reza porque detrás de cada músico se esconde el cofrade que llevan dentro, y rezan como mejor saben, ofreciendo y susurrando esos sonidos que llegan al alma y nos pegan pellizcos en el pecho a través de su música. Sonidos que evocan chicotás eternas impresas en nuestras memorias y que se convierten en el más bello recuerdo cuando sueñas tu paso de Cristo, bajo tu advocación, y los sones que cada una de nuestras Bandas perpetúan en la distinta y diferente personalidad que atesoran cada una de ellas.

Es por ello que reivindico y pido el mayor de los respetos a este colectivo de nuestra Semana Santa que una gran parte de nuestra casposa y rancia Sevilla les ha dado por llamar frikismo y desprestigiar, y yo le llamo, y lo sigo repitiendo, amor por la música.

Son esos mismos que verás cómo escuchan y sienten, y la esperan, y hacen sus apuestas por esta o por tal marcha esperando una cofradía para disfrutarla, esos mismos que darían días de sus vidas por acercarse a los genios y creadores que tenemos en nuestras Bandas y pegarles un abrazo, a sus directores, a sus directores artísticos, a sus compositores, a esos que bautizan los sentidos de los sonidos con el lamento de una palillera de respeto, o que llaman a las puertas de tu alma para dejar paso al celestial compás de una corneta que derrama en un solo desde sus labios la más bella armonía de la música.

... y que luego, en su reunión social quedará muy bien, y repartirán el carnet de sevillanía, criticando esa devoción popular que Sevilla tiene y siente por su música y que se expresa en masas queriendo grabar, o inmortalizar, los ecos que tanto pueden apasionar.

Me entristece leer tantos comentarios despectivos sin tener conocimiento alguno de la vida que han elegido estos benditos músicos para gloria de Sevilla y de todos nosotros, y que sin saber lo que nuestras formaciones musicales realizan de forma desinteresada por todos aquellos que más lo necesitan, colaborando en todos los actos posibles a los que se les invita, participando en los más grandes eventos y escenarios públicos y privados de nuestra sociedad para saciar y deleitar a tantos amantes de esa excelencia de la música de la que les hablaba al principio.

Y de lo más importante y fundamental, de esas Escuelas de música que tienen creadas en sus respectivos “templos” nuestras Bandas, destinadas para que niños y niñas de nuestra ciudad conozcan la decencia, los valores, el espíritu, y el afecto por la música, y encuentren en dichas Escuelas, donde más allá de la música, también se imparten formas de vida que serán vitales para el día de mañana, un lugar de donde saldrán siendo mejores personas, educadas y con una clara vocación sobre lo que significa el respeto y el valor que han aprendido a través de la música y esos grandes maestros que existen detrás de ella, los tenemos muy presentes en nuestras formaciones y que tanto miman y quieren a esos niños que un día representaran lo que hoy representan ellos.

No sabemos lo que tenemos, lo fácil es rellenar editoriales donde frivolizar con la música, sus bandas y todo lo que ello conlleva, pero lo realmente cierto, es que si ese amor por la música, o simplemente porque te llega y sientes, que se ha puesto tan de “moda”, sirve para que se acerquen a nuestras Iglesias para presenciar sus Conciertos, se acerquen a nuestras hermandades porque desean escuchar su música, igual que están los que se acercan para ver el trabajo de una grandiosa cuadrilla de costaleros, me valen, es lo mismo, todos me valen, todos en definitiva se están acercando a Dios, y en este caso, a través de las arterias de la música.

La Semana Santa de Sevilla es un escenario donde son muchos los argumentos que la hacen ser el mayor foco que la ciudad exporta al resto del mundo y por la cual somos conocidos en el universo. Dando por obviado que nada más importante que el Señor y su bendita Madre para todos los que como cristianos comprometidos vivimos nuestra Semana Mayor, pero sin olvidar los ingredientes que acompañan a la liturgia devocional según Sevilla.

Y ahí estarán siempre, los nazarenos, los capataces y costaleros, y la bendita música que Sevilla también quiso tener, la de estos músicos nuestros de nuestras Bandas, a los que tanto tendríamos que agradecerles y por los que yo me levanto, me pongo en pie, y les ofrezco mi más íntimo y fervoroso aplauso. Para todos sin excepción, porque todos y cada uno de ellos tienen el mismo común denominador entre sus sentidos, el amor por la música.

Porque me llegan al alma, porque lo siento, porque conozco como lo viven, como lo sienten, porque se lo merecen, ya está bien de frivolizar con la música, no son unos frikis, son unos privilegiados hombres y mujeres de Sevilla, respetados y considerados, curtidos en enormes estudios musicales, muchos de ellos grandes maestros de la música, que dotan los sonidos del más exquisito aroma con el que Sevilla les rinde agradecimiento por toda una vida vinculada a su música.

No se espanten cuando vean una legión de seguidores que nuestras Bandas aglomeran y acumulan, nadie sobra, todos suman, son las consecuencias de una vida por y para la música, esa de la que tanto nos llenamos la boca de aclamar y de sentir. Es un reconocimiento porque la música se crea para aquel que la siente. Y es el orgullo del músico que llevan dentro.

Por ello, GRACIAS a todas aquellas formaciones que entregan su vida por la música en nuestra Semana santa. Mis respetos, mi consideración, y mi aplauso.

!!!Que suene la música!!!

“YO SOY” todo tuyo.