Desvariando

Reyes Carrasco, ¿una revolucionaria?

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
24 oct 2021 / 10:03 h - Actualizado: 25 oct 2021 / 09:02 h.
"Desvariando"
  • Ayto de Los Palacios
    Ayto de Los Palacios

No estuve el jueves en el Festival de la Mistela de los Palacios, donde la cantaora Reyes Carrasco recibió la Venencia Flamenca de su pueblo. Dicen las crónicas amables que estuvo genial, y lo celebro. Debo de ser sincero y decir que aún tengo mis reservas con esta joven cantaora palaciega a la que vengo siguiendo desde que andaba a gatas. Su manera de cantar no me emocionaba, la verdad, entre otras cosas porque nunca me interesaron mucho los niños o las niñas que cantan algo tan delicado como es el cante jondo, porque en la mayoría de las ocasiones se quedan a la mitad del camino, tristes y en la cuneta.

Parece que esto no va a ocurrir con Reyes Carrasco, que es ya una señora cantaora. No es una revolucionaria, cuidado, que aquí se nos va muy pronto pronto la olla, sino una joven intérprete con una voz extraordinaria, veloz, bien timbrada y de calidad. Se encuentra a gusto en los escenarios, sean los que sean, y es muy probable que mande al garaje a más de una y de uno. Lo malo es la prisa que tienen algunos en que sea la nueva Niña de los Peines u otra Paquera de Jerez. Puede que llegue a esa altura y puede que no, nunca se sabe. Tiene los mimbres para hacer el cesto, de eso no hay la menor duda.

No viene con una voz distinta a todas, como cuando salieron Pastora, La Paquera, Morente o Camarón. Calca bien y eso no es demérito, sino una cualidad estimable. Puede bordar a Morente en Estrella o a la Niña de los Peines en Manolito Reyes, que lo hace. Pero en lo que le he podido escuchar estos días, en vídeo, no aporta algo suyo de verdad que nos pueda llegar a pensar en que pudiera ser una nueva revolucionaria del cante andaluz, flamenco, gitano o jondo. Lo que sí es una verdad irrebatible es que con su edad, 15 años, es imposible cantar mejor de lo que lo hace esta adolescente. Déjenla que crezca como cantaora, que se prepare, que estudie, que vaya encontrando sola su camino o su centro y, sobre todo, que se estrelle si se tiene que estrellar. Revolucionarias del cante grande salen dos o tres cada cien años y ahora hay tantas que hasta se estorban.

He leído por ahí que La Tremendita es una revolucionaria del cante, porque se afeita media cabeza y toca la guitarra eléctrica o el bajo. Es buena artista, pero no creo que esté revolucionando nada. Ni Reyes Carrasco tampoco. No perdamos la cabeza que al final acaban haciéndole un flaco favor a la muchacha, que es un encanto y tiene una afición bárbara. ¿Por qué no la dejamos crecer? Disfrutemos de su magnífica voz redonda, joven, fresca y con colores vocales para pintar un mural sonoro en el desierto. Hay que apoyarla y animarla mucho, pero que sea ella la dueña de su destino. Que si tiene una nueva revolucionaria dentro le va a salir sin ninguna duda, como nace una flor entre las piedras o en un bosque quemado. Dejemos que sea ella la que controle su carrera y su vida.