Ricardo Naise: de la sombra y el anhelo

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16 jul 2019 / 13:51 h - Actualizado: 16 jul 2019 / 13:54 h.
"Arte"
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Si nos ponemos racionalistas, la exposición que presenta hasta el 1 de septiembre RICARDO NAISE en la sala ROMERO MURUBE de la Casa de la Provincia, se compone de una serie de obras aisladas, trípticos y polípticos, que van descubriendo si quiera de manera no lineal, sino zigzagueante en el tiempo, cuáles han sido algunas de sus fundamentales trayectorias.

Pero una exposición de características tan autobiográficas como esta, no sólo hay que percibirla sensorial o intelectualmente, sino desde otras capacidades que tienen que ver con la imaginación y con la lógica –o mejor, con las otras lógicas- que mezclan la realidad con la ficción. Realidades y ficciones que se entrecruzan de modo especular, en una suerte de claves formales e iconológicas que remiten a su interior. Entrar en las salas que le ha dedicado la Excma. Diputación en pleno centro de Sevilla coordinada entre otros por su Director, PEPE REINA, es hacerlo como se hace en los sueños, aún en la vigilia, también en sus recuerdos y premoniciones, en “la sombra y el anhelo” como ha querido titular a esta recopilación plástica de lecturas, músicas, filmografías, arte, literatura, poesía, escenografía,... que se dan la mano a lo largo de su vida, a través de símbolos y de las múltiples interpretaciones que hay en ellos.

Muy pocas veces la vida y la obra confluyen en las obras de arte porque pocos artistas se atreven a “exponerse” de la manera tan profunda que lo hace RICARDO y la pregunta que me hago es si en verdad además de ser obra de arte cada una individualmente, la verdadera obra de arte no es además toda la exposición y su discurso, la suma de todo lo expuesto y la propia vida del artista que está en ellas.

Ricardo Naise: de la sombra y el anhelo

Es por esto por lo que le agradezco muchísimo el que me haya mostrado bastantes de los secretos que hay en ellas, aunque siempre quedarán algunos por desvelar, sus libros y sus textos, que ahora aparecen distribuidos delante de las obras o al inicio de una serie. Textos, cuadros, libros, carpetas y dibujos que también se exponen en sendas vitrinas junto a los catálogos de las exposiciones donde RICARDO NAISE volcó también su pensamiento. No sólo artístico, sino de la extensa cultura que lo ha ido conformando.

Poniéndonos racionalistas como dije, la exposición está dividida en 9 tramos:

El 1º realizado entre el 2010 y 2011, está dedicado a la que fuera su querida gata NUR, a su aparición, desaparición, reencarnación, y a la llegada tan mágica como fue la de ella, de sus dos gatos actuales: ZAMBRANO y LUCÍA, envueltos en ese halo que tanto ha podido beber de la pintura metafísica como de tradiciones orientales. Trabajo que tiene su correlato en el libro “Cartas a Nur”, que escribió como la mejor manera de traspasar el duelo, lo que para RICARDO significa hacerla inmortal, recordarla siempre, y de que incluso para los que no la conocimos sintamos que fue así. Gatos a los que se han otorgado desde la más remota antigüedad dotes de trascendencia, rasgos que los sitúan en el umbral de la consistencia física de la materia a la par que de la inconsistencia de ideas relacionadas con el ocultismo y la clarividencia que se les atribuye/representan.

Ricardo Naise: de la sombra y el anhelo

El 2º: “La huella del infinito” (2007-2009), consta de un solo lienzo donde RICARDO NAISE se dedica a evocar todo lo antes dicho acerca de los recuerdos, el sueño, las visiones, las metáforas, todo eso que creemos existe y lo que no. Todo lo que se presiente, intuye premonitoriamente, lo que es y lo que no, lo inefable, el fátum, el destino,...Lienzo que recurre al desdoblamiento que se produce mientras dormimos, viajamos a la otra orilla del tiempo, permanecemos en un tiempo sin tiempo, una pequeña muerte también,... y que él ha querido representar como un joven –real- que está dormido ante un paisaje –mitad real, mitad inventado- en una especie de decorado ambiental situacional donde se desarrolla la escena, y que como gran parte de su producción, se produce en la “pseudo-”, la “i-“, o “a-realidad”, en esa otra parte que donde reside la verdad y la mentira del arte, la in-certidumbre de la evocación. Puede que esta huella del infinito se refleje en su otra obra y frontal a ella como es “La Esfinge” y puede que no, porque sus cuadros tienen vida propia en sí mismos, vida colectiva con los de la misma serie o con la de sus polípticos, y vida unitaria si tenemos en cuenta las que componen la totalidad de su obra.

El 3º “Venecia”(1977), ciudad que conoció, vivió y estudió a fondo y donde fue alumno en L´Accademia di Belle Arti curiosamente de alguien tan alejado de sus principios plásticos, como fuese EMILIO VEDOVA. ¿Qué decir de esta pieza? Sino que la ciudad de los canales es la ideal para situar lo fantástico, lo onírico, muchas de las cosas que envuelven su pintura, el aire, la humedad, la niebla, el misterio, la atracción de la belleza, incluida la perversa de lo fantasmagórico y lo oscuro.

El 4º “Homenajes” (1982-1985), son tres collages sobre papel enmarcados en cajas, dedicados a MARGUERITE DURAS, ASTA NIELSEN y VERÓNICA VOSS. Ecos de películas y novelas donde la ficción se adentra en la realidad, o es la vida la que se adentra en la ficción. Los múltiples espejismos del cine y la literatura, de la propia pintura de RICARDO, de los que se ha encontrado en su propia vida, y en cómo nosotros interpretamos todo lo que interpreta en estas obras. Pintura reflexiva la de RICARDO NAISE, que va a dejarnos interrogantes, cientos de respuestas o ninguna, porque estas preguntas no están hechas sólo con la mente -ni con la mente y el corazón, ni aún con el conjunto de nuestras vísceras- son preguntas q vienen y van a ese más allá que también somos. Reflexión difícil de trasladar a palabras convencionales.

Ricardo Naise: de la sombra y el anhelo

El 5º: “Hijos del Sol” (1995) narra –por la fecha que consta en la cartela adjunta- su primera estancia en Brasil, el contacto con su naturaleza exuberante, los colores “autóctonos”de ese país-continente, reflejados en dos cuadros de paisajes: uno exterior y otro interior. El haz y el envés como las dos caras de una misma persona. Un “souvenir” que ha pintado a la manera autóctona y un “souvenir” intimista, que deje un recuerdo de un momento, un estado de ánimo, una situación,... A esta altura de la muestra, nos preguntamos si en verdad lo que está haciendo RICARDO no es sino poner un marco a sus vivencias, al tiempo que altares y homenajes a las personas que de cualquier forma –incluida la platónica- amó o le amaron.

El 6º: “Ecos de Río Branco”, (1993-94) ateniéndonos a las fechas, su 1ª residencia al sur del Amazonas, ha querido “contarnos” a través de las cuatro imágenes de un mismo adolescente, el contacto con los ritos ancestrales de iniciación, del paso intermedio del niño al adulto, de la adolescencia a la juventud, de la crisálida a la mariposa, del despertar o nacer al ser, a lo que somos. Colores fuertes como los efectos del trance, de la ingesta de la ayahuasca, de la ida y venida al más allá, de nuevo.

El 7º: “ATZAR” (1984), su serie más antigua, hecha en colaboración con su amigo poeta y escritor JORDI VALLÉS quien hizo los textos que la acompañaban en origen. Palabra que en catalán significa azar y que remite en este caso a una historia inventada y narrada pictóricamente por RICARDO en los años fundamentales que vivió en Barcelona, considerando que la historia se desarrolla en Venecia y la acción se sitúa no obstante en edificios y calles de Sevilla. Intuiciones, culminación de deseos, disipación en la Nada o en el Todo de donde surgieron, de los otros lugares que se manifiestan en esta extensa serie de dibujos espectrales de los que aquí se ha hecho una selección de originales y obra impresa. Ilustraciones que pueden ser perfectamente un “story board”, el guion dibujado de una película que alguna vez debería hacerse –o no- para dejarla así en la expectativa, en ese espacio a-temporal- que él ya ha rodado con lápices, tintas, papeles raros, colores que se escapan de los tradicionales.

El 8º: “PIERRE CLEMENTI” (2004), representa un ejercicio de pura fascinación y recreación estética por el actor y director italo-francés al que admira desde que lo vio por primera vez en la gran pantalla del cine de Guadalcázar, su pueblo, donde su abuelo proyectaba a VISCONTI, BERTOLUCCI, FELLINI, FASBINDER, ...y al que fue siguiendo en toda su filmografía hasta dedicarle un libro –“El jardín de los milagros”. Libro que supone un “diálogo imaginario” como indica su subtítulo con el realizador. De ese año es también el ciclo que le dedicó el CICUS y al que me atrevo proponer desde aquí lo renueve, ahora que se cumplen 20 años desde que falleciera este autor-fetiche, tanto de culto como y del undergraund.

El 9º: “ÍDOLOS-HIPOGEOS” (1991) compuesto por un homenaje al CORREGGIO, en concreto a su gran lienzo “las cortesanas” y los dos que le dedica a CARAVAGGIO, el gran maestro del claroscuro, esa frontera no sólo cromática de donde emergen las luces y las sombras, la ambivalencia simbólica de la vida también. Lectura imprescindible en este juego de lo que es, lo que no, lo que parece, lo posible, ...como en PASOLINI, el actual y difícil trabajo en el que se ha embarcado RICARDO y que esperamos llegue a buen puerto próximamente.

Si me pongo –si nos ponemos- del lado de las otras lógicas que no son necesariamente surrealistas, pero sí derivadas de lo que nos llega a través del subconsciente o del inconsciente incluso, de las otras consciencias, mecanismos y automatismos psíquicos que tenemos, y en general de todo aquello que conocemos e interpretamos no con los sentidos –no sólo con los sentidos- sino con todo lo que tanto tiene que ver con la sensibilidad, la perceptibilidad y el espíritu, las obras de RICARDO NAISE tienen muchísimas lecturas explícitas e implícitas que sería imposible llegar a comprender precisamente con o desde la razón. Pues en ellas está el propio autor como parte integradora de la obra de arte.

Muchas veces me he preguntado que de dónde surge esa transmutación que se produce en el arte, ¿de dónde surgen los pensamientos, los sentimientos, los deseos que no controlamos y que involuntariamente se cuelan en las obras? ¿De dónde surge el arte?, ¿por qué una obra que incumple todas las reglas de la proporción, el cromatismo, la armonía, etc. no obstante es arte? Y, ¿por qué una obra que logra la perfección estilística, académica, matemática hasta la perfección, no lo transmite? Por favor, RICARDO, si tú tienes las respuestas, haz el favor de decírmelas enseguida. Pero hablando es serio, hay muchas cosas escondidas en medio de estas obras tan literarias y poéticas: está la voz del joven que se adentra en los caminos de la vida y está la del anciano que ya lo ve en la distancia, está la placidez bucólica de la Sierra de Aracena, Túnez, Estambul, Venecia, Río Branco, Sevilla, Barcelona, la pintura habitada en definitiva. Y para terminar aunque estas observaciones quedarán incompletas, están los símbolos paganos, cristianos, islámicos, indígenas, universales que nos aguardan en estas y en las nuevas series que promete. Un piacere, RICARDO.