Menú
Desvariando

Riqueni toca en Sevilla

Image
Manuel Bohórquez @BohorquezCas
01 oct 2022 / 09:55 h - Actualizado: 01 oct 2022 / 09:57 h.
"Flamenco","Desvariando","Bienal de Flamenco"
  • Foto: Bienal de Flamenco
    Foto: Bienal de Flamenco

La Bienal llega a su fin y lo que es el flamenco, que ha habido poco, lo pone hoy don Rafael Riqueni del Canto, Riqueni, a secas, para los amantes de la guitarra flamenca. En el Lope de Vega, donde disputó el Giraldillo del Toque (1984), que ganó otro gran guitarrista sevillano, Manolo Franco. Nadie discutió la decisión del jurado, entre quienes estaban Mario Escudero, Paco de Lucía y Manolo Sanlúcar. Pasados unos años, Paco le dijo a Riqueni que a lo mejor no habían sabido ver su proyección como guitarrista de concierto, pero era un concurso y gana casi siempre el mejor del certamen. Y el mejor fue Manolo Franco. Yo estaba la noche de la final en el teatro retransmitiéndola para Radio Aljarafe –era la única emisora del mundo que lo hizo hasta el final–, y lo viví todo. Cuando se dio a conocer el nombre del ganador, los ojos de Rafael se llenaron de lágrimas y fue para él quizá el palo de su vida. Volver esta noche a ese mismo escenario casi cuarenta años después, en figura, siendo para muchos el más grande de la guitarra actual, debe ser algo muy especial. Estar en el teatro, también. Sobre todo, porque el maestro está en un momento de su carrera que, aunque no toque como hace cuatro décadas, cuando su guitarra sonaba como cien violines bien finados, nos mete su música en el alma con una facilidad pasmosa. El flamenco son vivencias y el maestro las ha tenido buenas y malas, placenteras y dolorosas, de todos los colores. No se transmite lo mismo, en nada, con veinte años que con sesenta. Técnicamente, el maestro Rafael Riqueni sigue siendo un prodigio. Pero no es el de Triana un guitarrista que lo haya basado todo en la técnica, y ahí su grandeza. Es uno de los compositores más grandes de la guitarra flamenca de todos los tiempos, sin la menor duda. No de temitas comerciales, sino de piezas flamencas que van a quedar ahí como quedaron las de artistas geniales, de creadores como Montoya, Niño Ricardo, Sabicas o Mario Escudero entre otros. A pesar de nacer en la época de Manolo Sanlúcar y Paco de Lucía, Riqueni está ya en la historia de la guitarra flamenca. Es hoy un maestro adorado por todos, indiscutible, pero recuerdo cuando no era así, cuando se lamentaba de no ser reconocido y tenía incluso problemas para vivir de la guitarra. Lo viví junto a él en Triana, y duele recordar aquel tiempo de frustraciones y desánimos, cuando incluso tenía ganas de destrozar sus valiosas guitarras. Hoy vive en una residencia sevillana y toca que te parte el alma. Quizá no sea apto para corazones heridos. Tengan cuidado, porque su toque tira a dar, lastima..., duele ahora como una puñalá en el costado.