El actor Rodolfo Sancho viaja hacia Tailandia para visitar a su hijo, Daniel Sancho. Es la primera vez que se le ha podido ver desde que ocurrió el suceso que ha convertido, lamentablemente, famoso a su hijo. Daniel Sancho está acusado de asesinar y descuartizar al colombiano Edwin Arrieta.
Esta es la noticia y no da para más. Por mucho que algunos periodistas traten, como si les fuera la vida en ello, de alargar este asunto, esto no se puede alargar más. Entiendo que agosto es un mes con muy poca información, pero se está rozando el ridículo periodístico y el disparate morboso con todo lo que se está contando.
Cada detalle, cada testimonio de familiares, cada lágrima que vemos derramar a unos y a otros, abunda en un mar compuesto por casquería informativa que han creado algunos en su propio beneficio. Piensen que si es una gran noticia que Rodolfo Sancho viaje a Tailandia ¿cuánto tiempo habrá que informar de los diversos viajes que se producirán? ¿O es que esto es todo un montaje que no lleva a ninguna parte?
Creo que el respeto por las familias (sólo el joven Daniel Sancho podría ser culpable de asesinato) debe empezar por dejar de estirar un chicle que dejó de dar más poco después de suceder la muerte y descuartizamiento de Arrieta. Ya está bien de morbo, de detalles innecesarios y de remover una decencia colectiva que está en peligro cada día que pasa.
