Ruido macareno

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24 mar 2017 / 23:33 h - Actualizado: 24 mar 2017 / 23:33 h.
"La Macarena","Armaos de la Macarena","La Azotea"

En esta Sevilla rancia y moderna a partes iguales, cada vez son más los que se vienen a vivirla sin comprenderla. Ocurrió que una vecina denunció a los Armaos a la Policía Local molesta con el ruido que provocaban en sus ensayos. Como cada día del septenario y como toda la vida, la banda toca acompañada de su Centuria por la explanada de los jardines del Hospital de las Cinco Llagas y alrededores, acabando en las puertas de la basílica por donde semejante acontecimiento se entiende –al menos se respeta e incluso se le espera– por entre sus macarenas ventanas y balcones. A pesar de que la Legión Tercera no obedece razones ni normas de autoridades civiles, acató la orden, exceptuando por primera vez las que le dictan intramuros Poncio Pilatos o las cinco mariquillas que escoltan a la Esperanza, verdadero Senatus de esta Roma Imperial de Trajano y Adriano que solo defiende una Sentencia y las órdenes que dictan las veintiuna plumas de su capitán.

Cuatro siglos de una Roma sevillana de enagüeta, gandinga, rodelas, puestos de la plaza de la Feria y orgullo de ser en Sevilla algo más, miembro de la Guardia Pretoriana Hispalense. Defender lo que no es defendible; cuatro siglos de coraza y plumas capaces de convertir el ruido en música tras el arco, la muralla, por sus callejones o ante la palmera de San Gil, porque puede el andar marcial de ciento treinta y dos hombres mientras suena «Abelardo» convirtiendo el toque marcial en esperanza, verdadero pentagrama del corazón macareno a la ignorancia de quien se viene a vivir a la Macarena sin saber dónde se encuentra.