TardeAR, el nuevo programa emitido las tardes por Telecinco, ha arrancado regular, así, como fracasando. Por debajo del millón de telespectadores y con un poco más del 11 por ciento de índice de audiencia. TardeAR es un programa muy antiguo disfrazado de una falsa modernidad que deja frío al que mira la pantalla del televisor. Los que antes veían Sálvame sin pensar en las parrillas de otras cadenas se pasan, ahora, las tardes buscando alternativas con el mando a distancia. Debe ser que ven la tele por la tarde los rojos y maricones y no los señoros de derechas.
El entretenimiento, muchas veces, tiene que ver con la familiaridad, es decir, si conozco un tipo de humor es posible que me ría con más facilidad que si desconozco los códigos de otro tipo; si me suenan las caras de los que me hablan y les escucho con frecuencia, tendré más posibilidades de captar matices que me hagan disfrutar. Y en eso, Sálvame tomó ventaja a todos los demás programas de la televisión española desde hace lustros. No creo que exista un solo español que no conozca a Jorge Javier Vázquez o a la princesa del pueblo, Belén Esteban. No creo que la calva de Matamoros no sea parte del ideario de cualquier adicto a la televisión.
Por cierto, ayer, en el súper, promocionaban las patatas fritas que vienen en bolsas con la fotografía de Belén Esteban y los gazpachos de esa misma marca (también en envases decorados con la foto de la señora Esteban). Parece ser que son ‘las patatas de la Esteban’ y ‘el gazpacho de la Esteban’. Y, todo hay que decirlo, un grupo nutrido de personas se acercaron a probar una cosa y otra mientras yo estaba por allí. Además, en las cajas no eran pocos los que pagaban productos ‘de la Esteban’. Es como si se las comprasen a ella misma y le estuvieran agradeciendo todas esas tardes de gritos, disparates, insultos, cotilleos y ridiculeces. Es como si la sintieran más cerca al beber un sorbo de gazpacho.
TardeAR es un programa muy flojo que ha comenzado a la deriva. Sin ideas claras, sin contenidos interesantes. Como lo ha hecho Cuentos Chinos, vaya. Y Sálvame sigue estando presente en la mente de muchos que compran patatas fritas y gazpacho para que las penas lo sean menos. Spain is different.