Que Pedro Sánchez, en vista de todo lo que está pasando estos días y sabiendo cómo miente, se contradice y engaña a sus votantes, vaya a seguir siendo presidente de lo que queda de España, que no es mucho, es la repera bananera. Y los militantes del histórico partido fundado por Pablo Iglesias, tan contentos o tragando cubos de saliva. Ellos a lo suyo, a decir que los del PP son mucho más ladrones y mafiosos, que ya es difícil, y que Vox es un partido más fascista que Hitler y Franco juntos. Si Dios y los toros de Machacaera no lo impiden, que decía mi tía Rosario la Serena, Sánchez gobernará en coalición con Unidas Podemos y el apoyo de los separatistas de Esquerra Republicana y otros partidos muy españolistas. Enamorados de España, vaya. Falta menos para la III República, pero la bananera. Y no es porque el Partido Socialista vaya a gobernar en coalición con Unidas Podemos apoyado además por separatistas y proetarras, que es algo que está dentro de la legalidad, sino porque Sánchez no va a ser un presidente legítimo. Nunca lo ha sido, porque llegó a la Moncloa con engaños y ha ganado dos elecciones con mentiras y promesas electorales incumplidas. Ha tenido que negociar con rebeldes secesionistas encarcelados, es decir, con delincuentes, prostituir presuntamente a la Abogacía del Estado y, sobre todo, engañar vilmente al electorado socialista. Con ser grave todo lo anterior, esto es lo más peligroso, porque apuntilla la ya escasa credibilidad de los ciudadanos en la política y en los políticos. Y no digamos en la Justicia, si se confirma que la filtración de la Abogacía del Estado a Esquerra es cierta. La democracia está más en peligro de lo que lo ha estado nunca en nuestro país, con este sujeto, Sánchez Pérez-Castejón, tan cegado con el lujo del poder y el brillo azulado de sus trajes. En el lío que lo ha metido el otro Pablo Iglesias, el próximo vicepresidente del Gobierno, que manda narices la cosa. El que vino denunciando a la casta y ahora se mete en la cama con ella, con el partido de los ERE, porque ya quiere vivir como los ricos. Sánchez era ya un peligro hace tiempo, pero ahora es una bomba a punto de estallar. Nos quiere echar los Reyes el día 5, pero es más que probable que no le dé tiempo porque puede que tenga los días contados en la política. Y ojalá la cosa se resuelva de manera pacífica, porque la mecha se acerca peligrosamente a la pólvora.