Señor Iglesias, dimita y no olvide cerrar al salir

Lo inevitable se puede sortear durante un instante, pero termina imponiéndose. Pablo Iglesias está ante una encrucijada que ya les señaló él a otros como ineludible

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08 oct 2020 / 08:43 h - Actualizado: 08 oct 2020 / 09:03 h.
"Opinión","Pablo Iglesias"
  • Pablo Iglesias. / EFE
    Pablo Iglesias. / EFE

Aunque el código ético de Podemos fuese modificado y ahora no obligue a una dimisión fulgurante; aunque el aforamiento que tantas veces ha denostado Pablo Iglesias le permita un margen de maniobra considerable; aunque la presunción de inocencia sea sagrada y tengamos que respetarla hasta el final; Pablo Iglesias debe dimitir. Por una cuestión ética y por una cuestión estética. Pero también por una cuestión de patriotismo (a ver si es verdad que es tan patriota). Y si no dimite le tendrá que dimitir el señor presidente del Gobierno.

La imagen que España arrastra en el exterior de España es penosa. Nos ven como un grupo de vagos y maleantes incapaces de ahorrar y de gestionar los fondos con cierta honestidad. Y esa imagen no la da usted o la doy yo; la dan los políticos.

Lo que faltaba es que, ahora que en Europa tienen que aflojar un dineral, vean cómo el vicepresidente segundo va camino de tener problemas con la justicia. Si, por ejemplo, los holandeses ya nos tienen ganas, ahora eso debe ser un festival.

Voy a decir algo muy poco popular y que nadie se atreve a decir en público y por escrito, algo que no hace mejor ni peor a Pablo Iglesias: su aspecto no ayuda en exceso a que esa imagen en el exterior mejore (injusta con el pueblo español y bastante acertada con la clase política cañí). A mí me gustaría que las cosas fueran distintas, pero son como son y se suele juzgar casi todo desde la estética. Y que nadie se lleve las manos a la cabeza porque aquí, en casa, le conocemos como ‘el coletas’.

Si tuviera el coraje que tantas veces a pedido a otros políticos, Pablo Iglesias debería dimitir. Hoy. Sea como sea, ya forma parte de la casta que vino a eliminar, ya puede comprar propiedades que antes le parecían cosa de corruptos y ya ha logrado logros políticos muy por encima de sus posibilidades si tenemos en cuenta su talla como estadista (enana) y su talla intelectual (impostada y de manual).

Debe dimitir, irse, y no olvidar cerrar la puerta al salir. Si puede ser en media, mejor para todos.