Sensación de victoria

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31 oct 2021 / 04:33 h - Actualizado: 28 oct 2021 / 17:35 h.
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  • Sensación de victoria

Ese sentimiento es único... Cuando sabes que lo has logrado... ¡Buah! Tu corazón y tu mente montan tal «fiesta interior» que de ahí es de donde surge el genuino aporte de valor, estoy convencida que la historia te suena, que sabes de lo que te hablo... Cuando has cumplido (¡o incluso superado!) el objetivo que te habías marcado, ese instante en el que eres consciente de ello, ¡es simplemente espectacular! ¡Ésa es la sensación de victoria! que, dependiendo del hito alcanzado, permanece tanto en el corazón como en la memoria, hasta, en algunos casos, ¡empieza a formar parte de los libros de historia!

Ese genial instante en que tu cabeza te dice: «¡Ey, lo conseguí!», de repente, empiezas a sonreír e instintivamente levantas los brazos, como si te fueras a quitar el traje del esfuerzo, de la disciplina y del entrenamiento que te han permitido llegar hasta ese momento para sentir más livianos tus «saltos triunfales»...

Tres palabras: sensación-de-victoria para definir una realidad taaan grande, capaz de marcar vidas y trayectorias... Lo mejor de todo, es que no se necesitan logros napoleónicos para degustar esta maravillosa sensación, puesto que la victoria genuina, la autentica, la original se construye sobre los cimientos de los logros cotidianos, ¡ahí ya estamos dándole la mano al éxito!

Os hablo de todo esto porque el pasado domingo participé en el circuíto #Sevilla10K, haciendo por primera vez la carrera Parque de María Luisa - Coca-Cola que, como ya habréis podido imaginar por el hashtag, era de 10 kilómetros. Soy fan de las carreras desde hace unos 4 o 5 años, pero he de confesar que la pasada semana mi entrenamiento fue más bien «regular», vamos, sólo conseguí salir a correr un día, el resto de la semana, saqué tiempo para pesas, estiramientos, algo de spinning y elíptica -no lo suficiente- y poco más... Afortunadamente para mí, una mala semana «no se carga» el «hábito deportivo creado» y me sorprendí a mí misma cuando conseguí concluir la carrera en 58:40sg por debajo de la hora... Miré las clasificaciones: quedé la nº 1.644 de 6.000 corredores, ¡evidentemente, se puede mejorar! pero «¡oye, no está mal!»-me dije a mí misma-.

Inmortalizando el esfuerzo

Lo mejor de todo fueron los segundos depués de la llegada a meta, alcé los brazos y grité con toda la energía que me quedaba: «¡lo conseguíííí!», fue una mezcla de satisfacción, cansancio y alegría ¡única! Entonces, mi chico, Alonso, inmortalizó el momento haciendo una foto chulísima... «Si fuera un cuadro, yo lo titularía: `inmortalizando el esfuerzo’» -me sugirió Alonso-, me reí... Aunque en realidad, me gustó. Creo que todos tenemos nuestra propia versión de ese «inmortalizando el esfuerzo», es importante que miremos a menudo esa «fotografía» para que recordemos que sí, el éxito está muy bien, pero para llegar hasta él, fueron indispensables nuestros singulares «sherpas»: el esfuerzo, la dedicación, el entrenamiento, el compromiso, la constancia, el espíritu de superación... Estos originales entrenadores siempre mantendrán a punto tus motores, para completar cualquier «carrera» que te proponga acometer tu visión certera. ¡Por cierto! ya que estoy os comento que mañana, 1 de Noviembre, correré la «IX Carrera Solidaria por la lucha contra el cáncer infantil», un fin noble, ¡bien merece el mejor de los esfuerzos! Si queréis saber más de esta bonita iniciativa, visitad https://www.tuskilometrosnosdanvida.org/