Los medios y los días

Sevilla, hedor especial

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04 oct 2019 / 06:44 h - Actualizado: 03 oct 2019 / 10:49 h.
"Los medios y los días"
  • Sevilla, hedor especial

Hay que cambiar la letra de la canción, Sevilla no tiene un color especial, Sevilla tiene un hedor especial. Además, qué es eso del color especial si Sevilla está buena parte del año sumergida en calima y en contaminación por ozono. La música comercial es lo que tiene, muchas metáforas y tópicos para que la gente escuche aquello que la hace feliz y la tiene en el sueño infantil permanente. Algunos días cuando llego por la mañana a la altura del Parque Tecnológico desde el Aljarafe, me entra por las ventanillas del auto una peste a estiércol que yo me lo tomo como algo más que un simple mal olor. Es un símbolo y un aviso.

Es el mal olor del crónico 22 por ciento de paro (por ahora) en la ciudad de la Giralda. Es el mal olor de tener los tres barrios más pobres de España, el mal olor de esta escalofriante cifra: la población infantil en riesgo de pobreza en la provincia de Sevilla alcanza una tasa del 38,6%. El mal olor de una tasa de pobreza o exclusión social de cerca del 30 por ciento. El mal olor de la emigración de gente joven y preparada que se marcha a Alemania, Inglaterra o sencillamente a Madrid cuando los hemos preparado en universidades andaluzas y sevillanas. En los últimos diez años se han ido de España unos 700.000 jóvenes con títulos bajo el brazo, esto es un suicidio para un país desarrollado porque se frena un mayor desarrollo, se detiene el relevo generacional y la natalidad.

En Sevilla trabajan en silencio y con poco apoyo cientos de jóvenes en sus pequeñas empresas cuyas labores se orientan no hacia Sevilla y España sino hacia países extranjeros. Viajan continuamente buscando mercados porque en Sevilla sigue sufriéndose demasiado mal olor para el progreso. Sevilla y España se centran en el turismo y olé pero la recesión que tenemos encima –que nunca ha parado en realidad- puede disminuir esta fiesta económica basada en el sol español y en la grasia sevillana.

Lo que hoy genera puestos de trabajo son las tecnologías aplicadas o no a la guerra. Queramos o no así sigue funcionando el mundo, nos hablan sólo de los misiles de Corea del Norte para aumentar las fobias anticomunistas pero Rusia, Irán, Estados Unidos, China..., nos sirven a diario novedades de todo tipo en rearme bélico, el mundo está en esa fase de insultos graves que puede pasar a las manos, Trump se ha quedado reducido a un simple bravucón y Estados Unidos sabe que cada vez da menos miedo con sus sanciones y amenazas.

Después de la Segunda Guerra Mundial, Japón intensificó su apuesta por la tecnología y Sony se implantó en EEUU comprando empresas históricas de aquel país. El “susto” norteamericano llegó cuando en 1987 Sony se hizo con la histórica CBS Discos. Con los años, China aprendió de la caía de la URSS y se sumó a la tecnología, ya no nos acordamos de los ordenadores clonados chinos que comprábamos a un precio mucho más reducido que los de países occidentales. Pues desde los ordenadores clonados hasta Huawei. ¿Qué la iba a destruir EEUU? Nada de eso, ahí está no sólo viva sino marcando pautas tecnológicas mundiales porque el planeta Tierra ya no son los EEUU y los negocios no tienen ideología. China, Rusia e Irán organizan maniobras militares conjuntas. Se aproxima la consolidación total de un gobierno mundial del mercado pero con polos dominantes que no proceden de la ideología burguesa occidental.

¿Qué hace Sevilla? Sólo el avión A400M y otras máquinas similares dieron lugar a zonas investigadoras exclusivas dedicadas a la aeronáutica. ¿Se está incrementando esta producción, esta línea de desarrollo o nos vamos a limitar sobre todo a construir hoteles y grandes superficies comerciales con laguitos incluidos que se quedarán semivacías con las recesiones propias del sistema capitalista?

Estas dudas y estas realidades son para mí el símbolo que esconde el mal olor de Sevilla, una ciudad que reza demasiado y mira poco hacia el futuro, ¿a qué vienen tantas procesiones y tantos golpes de pecho a diario, de manera que al final del año cuentas las manifestaciones religiosas y son más de una al día? ¿Quién paga todas las horas extras que tienen que echar en la calle las fuerzas de seguridad para que unos pocos saquen en procesión a sus imágenes en lugar de rezar en los templos y desarrollar menos ostentaciones, tal y como manda el Evangelio? ¿Es que aquí aún no ha terminado la Contrarreforma?

¿Ya no hay foto de las manitas unidas en eso que llamaban pacto por el empleo, con empresarios, administración y sindicatos colocando juntas las manos ante las narices de los medios? ¿Cuánto ha disminuido el paro en Andalucía gracias a la foto de las manitas?

No, demasiado mal olor, aquí parece que lo que sigue gustando es el regodeo en la mediocridad y en el folclore sacado de quicio pero eso no está reñido con atender a quienes impulsan las sociedades que no son las mayorías sino los emprendimientos de los talentos minoritarios. El mal olor que percibo es el atraso de Sevilla que aún falta mucho para que lo perdamos de vista.