Según me cuentan los medios, Juan Roig, máximo accionista de Mercadona, ha instado a "no hablar tanto de la vacuna" para seguir trabajando "pico y pala" para salir de la crisis derivada de la pandemia. De vez en cuando recibe uno alegrías y estas palabras son una de ellas. La verdad es revolucionaria y para mí los revolucionarios son los que dan trigo, no los que predican, esto es, Roig y no Sánchez ni Iglesias que no dan trigo, sino que compran voluntades con dinero público o con palabras retóricas muy gastadas pero que siguen gustando a las gentes.
Cuando hace años el señor Roig dijo aquello de que hay que trabajar como chinos (un momento, voy a preguntarle al Oráculo de Delfos Internet...). Sí, en 2012, sentenció Roig que los comercios chinos y las tiendas Todo a Cien eran “ejemplos de la cultura del esfuerzo que los españoles hemos perdido". Y tanto, aún persiste eso y el gobierno lo estimula porque aspira no a construir el socialismo o el comunismo, eso son los engañabobos que utiliza la derecha torpe que busaca sólo votos, lo que busca el famoso gobierno al que llaman social-comunista para asustar a ingenuos, es construir un cortijo como éste en el que vivo yo que se llama Andalucía por la acción de los “socialistas” del PSOE. Un cortijo con sus peones de briega que sirvan a los señoritos y sus capataces que sean los conversos y los mandos intermedios que les quiten a los señoritos las quejas de los subvencionados obreros si es que existieran.
Es un placer leer y escuchar a los que están a pie de tajo y más si son millonarios y quieren no sólo seguir siéndolo sino aumentar sus emolumentos, llevo toda mi vida escuchando a tenores huecos y a marxistas de salón y los sigo oyendo porque hay que echar cuenta de todas las opiniones pero al fin me libré de los picos de oro para asumir lo que afirman quienes no le temen a la vida que son los que construyen nuestro mundo para bien y para mal porque el que tira el penalti es el que acierta o falla.
Roig y ese señor de apellido vasco tan complicado, el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, les han dicho al gobierno, mira, macho, que aquí los que tiramos del carro somos nosotros, os guste o no, y o nos tratáis bien o nos vamos al carajo todos, la gente porque no tendrá dinero y ellos porque no venderán sus productos aunque como deben gozar de una buena alcancía y el mundo es muy grande al final los que nos vamos a la Venta del Nabo seremos los demás. Eso sí, muy progresistamente.
Por tanto, pico y pala y a vivir con el virus. Distanciamientos unos de otros, desinfección de manos, mascarillas, mucha precaución en general y a currar. Fuera besos, abrazos y demás pamplinas, cuando la vida y la papa están en juego, esos “amoríos” sobran que ya habrá tiempo para apretujones. No sé si les gustará que lo diga, pero de alguna manera Roig y Goirigolzarri enlazan con Trump y a mí me sigue sin caer mal Trump porque toda esa inhumanidad que parecen despedir estas personas tiene un sentido macrohistórico para mí. Este personal mira al futuro y mi pensamiento es en clave estructural histórica, por tanto, no andan descaminados en ese sentido. La salud, desde luego, pero el pico y pala, tan necesarios como lo otro, por lo menos. Hay que adaptarse al medio o perecer. El humano es el animal más torpe, sabe que puede enfermar y hasta morir y sigue jugando con fuego en lugar de agarrar el pico y la pala y ponerse a trabajar a dos metros del otro, con las manos puras y la mascarilla puesta.