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La Tostá

Siempre es bueno que haya fachas

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
02 dic 2019 / 08:22 h - Actualizado: 02 dic 2019 / 11:56 h.
"La Tostá"
  • Santiago Abascal. / EFE
    Santiago Abascal. / EFE

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Es verdad que hay miedo a Vox, a izquierda y a derecha. Hasta la derechona tiene pánico a la ultraderecha. En el PP están ya con convulsiones intestinales porque si nos vamos a unas terceras elecciones, que podría ser, se puede producir el sorpasso, que en italiano quiere decir adelantamiento. O sea, el de Abascal a Casado. Porque ya no hay derecha, solo ultraderecha, fascismo y franquismo. Y, curiosamente, tampoco hay ultraizquierda, sino izquierda a secas, que es más rentable electoralmente. Ni Pablo Iglesias es ya comunista chavista bolivariano, sino un rojo moderado tirando a rosa, que no tardará ni un mes en pedirle un traje a Sánchez y cambiar la mochila por el Falcon. Mientras, el pobre de Errejón no tiene pasta ni para pagar el alquiler de la sede de su partido, así que se vaya olvidando del sorpasso a Unidas Podemos. Las ideologías mutan que es una bendición. Mientras los fachas y los rojos se pelean, Juan Manuel Moreno, el presidente de la Junta, presume de que Andalucía vaya a ser la región que más crezca este año tras Madrid, a pesar de que España está en «alerta», según el CEPREDE (Centro de Predicción Económica), que no es buena noticia ante la cercanía del atracón de mantecados y jamón serrano que nos espera en breve. A lo tonto a lo tonto, Juanma, como le llaman cariñosamente sus íntimos y hasta los menos cercanos, se afianza en el poder. Vamos a ver si me entero, ¿esto es obra de este Gobierno o del de antes? Del anterior, dicen. Pero lo del desastre de la sanidad andaluza es obra del de ahora, y a los de antes que los registren. O sea, que la mejor sanidad de España, que era la andaluza, según Susana, se ha ido al garete en unos cuantos meses, ¿no? Raro, raro. Culpa de los fachas y de la derecha blandita que, al parecer, es ahora el Partido Popular, con la que nos han dado durante tres décadas los politólogos rojos tirando a sepia. El miedo, esa es la clave. Hay verdadero pánico a que Abascal pueda ser vicepresidente de Pablo Casado en caso de que vuelva a haber elecciones tras la Navidad. Y lo gracioso es que casi todo depende de un tipo como Rufián, quien también menea bastante lo del miedo a los fachas, como si él y los suyos fueran la Virgen Monserrat.