Sin esperanzas ante la operación biquini

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18 abr 2022 / 10:04 h - Actualizado: 18 abr 2022 / 10:14 h.
"Opinión","Pandemia","Obesidad"
  • Imagen de la película «Wall-E».
    Imagen de la película «Wall-E».

Somos gorditos. Nos guste o no, somos gorditos. Según algún informe que circula por las redes, en 2030 el 80 por ciento de los hombres y el 55 por ciento de las mujeres padecerán un sobrepeso tan indeseado como definitivo; porque, seamos realistas de una vez por todas, el sobrepeso es crónico casi siempre. Ya saben eso que se dice sobre lo fácil que es ganar quilos y lo difícil que resulta perderlos.

Comemos mal, hacemos poco ejercicio y de forma descontrolada, la tensión y el estrés al que estamos sometidos nos convierte en una especie de pirañas urbanitas que devoran todo lo que se encuentran en el camino (si contiene azúcar con más avidez). Por otra parte, nos dedicamos a seguir las instrucciones para perder peso que aparecen en revistas estúpidas; aparecen junto instrucciones para depilarse las cejas haciendo el pino puente o para ser más sexi sobre el alfeizar de la ventana. Si la cabeza no funciona como es debido nos da por comer a lo loco, sin filtros; y muy bien de la cabeza no estamos, eso ya se lo digo yo. La pandemia, el confinamiento y el miedo a perder a seres queridos o el puesto de trabajo, han ayudado poco a que nuestra alimentación fuera equilibrada y saludable puesto que nuestras mentes han saltado por los aires... y, por supuesto, lo hemos pagado comiendo a todo comer.

Nos pasamos la vida mirando el móvil. Hasta haciendo ejercicio buscamos la forma de conseguir tener una pantalla cerca de los ojos. No somos capaces de soltar amarras con la realidad que nos acogota. Y engordamos por comer mal, por no movernos y por estar medio chalados y no poder, así, poner solución.

Según la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad, tras la pandemia, los españoles ganamos peso (en concreto el 44 por ciento sumamos unos quilos de más). No existen informes que hablen de lo que hemos perdido desde ese momento. Ni los habrá salvo que alguien se quiera inventar el chiste del año.

La Covid la hemos podido controlar gracias a las vacunas. Pero la obesidad como pandemia es incontrolable puesto que depende de la voluntad de las personas y esa desaparece si tenemos un manjar delante. Somos unos gorditos en potencia, gorditos arrepentidos apunto de recaer o gorditos a secas. Y esto es lo que hay. Digamos adiós a la operación biquini de cada año. Porque ya saben lo que dijo Rafael Guerra ‘Guerrita’: «Lo que no puede ser no puede ser y, además, es imposible».