Los medios y los días

Sin Martes y 13 la Nochevieja no es lo mismo

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31 dic 2022 / 04:00 h - Actualizado: 31 dic 2022 / 04:00 h.
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  • Sin Martes y 13 la Nochevieja no es lo mismo

Hoy es Nochevieja, salvo algún distraído los demás lo sabemos. Creo que muchos maduritos, previejos y viejos también sabemos que sin los programas especiales de Martes y 13 de los años 80 y 90 la Nochevieja no es la misma aunque José Mota haya sido un digno heredero como el dúo Martes y 13 lo fue del dúo Tip y Coll. El humor hoy suele resultar aburrido. Sí, pueden ser cosas de viejo y de que cualquier tiempo pasado fue mejor, pero algo de razón tienen ambos elementos con los que estoy jugando: mi nostalgia propia de la edad y del vacío y el instinto de muerte que se intensifica con esa edad y el hecho de que el aburrimiento actual que aprecio en el humor se debe a que hemos llegado a una sociedad puritana y conservadora con los “progresistas” más carcas que he conocido. Parece que se van a comer el mundo y son menos transgresores que el pelota de la oficina.

El humor, para que sea humor, debe ser transgresor, atrevido, inteligente, genial, y todo lo genial deriva de la transgresión y de la libertad de expresión. Como en estos tiempos uno no puedo reírse de nada porque todo es pecado laico posmoderno, el resultado es un humor bajo en calorías que termina aburriendo. Una vez me dijo el poeta Antonio Luis Baena, gaditano, que en Sevilla no pueden triunfar unos buenos carnavales porque Sevilla es incapaz de reírse de sí misma. Tiene razón. A Sevilla se le unen los restos que le quedan del antiguo régimen con la posmodernidad y aparece ese tópico de la alegría del sevillano que es muy difícil de creer y de no convertirlo en mero fingimiento. Qué gordos me caen los sevillanos que se ven obligados a ser graciosos.

Martes y 13 rompía con todo, como sus maestros Tip y Coll que lo tuvieron mucho más complicado en el franquismo y la Transición. En 2018, Javier Zurro publicó en el diario El Español una información titulada: “Martes y Trece estarían en la cárcel: las cinco bromas que hoy no podrían hacer”. Es cierto, hay una nueva censura. Franco desarrolló la suya y la progresía se ha ido al otro extremo, nos toma por idiotas, cree que si se propagan determinadas ideas vamos todos a empezar a matar mujeres, homosexuales o lesbianas. O gordos o flacos o cojos o mancos o al vecino de enfrente por mirarnos mal. O a inmigrantes o a animales, aquí ya no se puede hablar de nada porque como no sabemos qué es hablar bien o mal mejor nos callamos. Vuelta a la sociedad del silencio franquista pero desde la democracia. Y el silencio es silencio y la censura es censura. Mientras, ellos, los pobres progres que se creen transformadores de mentes, siguen a lo fácil: meterse con los curas, con la iglesia, con los carcas, con los ricos, la bandera, el himno, y demás futilidades con las que sin saberlo se tiran piedras contra su propio tejado porque lo hacen sin talento, sólo por resentimiento. Ahí están, legislando sobre la mujer y la mujer siendo asesinada sin piedad y de manera espeluznante. Sin Martes y 13 y sus mensajes “machistas”. Luego la cosa no iba ni va de tapar bocas.

Lo que decía Zurro es que ahora el dúo Martes y 13 iría a la cárcel -o al menos ante un juez- por publicar números en los que afirmaban: “Mi marido me pega”, “Maricón de España”, “Busco a Jacks” (donde se manosea a una mujer). El programa monográfico sobre un imaginario viaje entre Encarna Sánchez e Isabel Pantoja, hubiera ofendido también al “sagrado” colectivo LGTBI.

Es cierto que los tiempos cambian y que hasta uno de los miembros de Martes y 13, Josema Yuste, pidió perdón por alguno de estos gags. Yo en el del anuncio de la colonia Jacks no veo acoso a una mujer sino burla de la sociedad de consumo que ahora sigue anunciando colonias con frases estúpidas en francés y en inglés y con señoras y señores que pretenden vendernos esos productos calentándonos las partes bajas. No han pedido perdón, ni lo ha pedido Dani Mateo por limpiarse los mocos con la bandera constitucional ni un presentador de TV3 por tararear la música del himno a base de pedorretas.

Aquí la libertad de expresión se basa ahora en recursos vengadores de no sé qué porque esas personas que actúan así ni han vivido la guerra civil ni el franquismo. Consiste la libertad de expresión en reprimir cualquier conducta supuestamente irregular, y ven muchas, demasiadas, por todas partes, como las puritanas del programa de Chicho Ibáñez Serrador Un dos tres, responda otra vez. Qué sociedad tan aburrida. Todo tan previsible, todo tan correctito, todo tan viejo, todo tan controlado porque como somos unos imitamonos cualquier conducta nos puede llevar a pecar y hay nuevos sacerdotes progres preparados con la palmeta para darnos en la mano o meternos entre rejas si nos pasamos de rosca, algo que no es difícil. Todo es pecado menos decir lo que quieren que digas. Están educando a los disidentes a base de palo y tentetieso. Ahora les toca a ellos que son mejores que nosotros, claro. Cuidado por tanto con lo que se diga brindando por el año nuevo.