Desvariando

Son como les dejamos ser

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
28 ene 2023 / 07:31 h - Actualizado: 28 ene 2023 / 07:33 h.
"Desvariando"
  • Imagen de archivo de la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra. EFE/ Daniel González
    Imagen de archivo de la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra. EFE/ Daniel González

Nos quejamos casi todos los españoles de que tenemos una clase política lamentable, posiblemente la peor de la democracia. El nivel no puede ser ya más bajo. Creo que la única manera de subirlo es que los ciudadanos seamos más exigentes, dejando las ideologías a un lado. Ser exigente no es llamar “hijo de puta” o “genocida” al presidente del Gobierno, como pasó hace unos días con un señor cabreado -el de “que te vote Texapote”-, que aprovechó un reportaje en la calle, en directo, para decir lo que dijo y en el tono que lo dijo. Este señor es ya, por esta barbaridad, casi un héroe nacional. Diría que a la altura de la alumna de la Complutense que le montó el lío a Ayuso. Los insultos en las redes sociales a los políticos, de un tono inadmisible, no son la solución al problema. Es verdad que cuesta a veces aguantarse y como insultar o difamar suele salir gratis, el espectáculo es vergonzoso. La clase política puede mejorar si dejamos de votar a partidos que roban o engañan y a políticos que no cumplen sus promesas o que abusan de sus privilegios mientras en más de un millón de hogares no trabaja nadie o ir al supermercado es ya casi un lujo al alcance de pocos. Dejemos de votar a los que no tienen nivel para ser alcaldes, ministros o secretarios de Estado. Sí, porque cuando son nombrados, lo hagan como lo hagan es imposible echarlos. Tienen la prueba en ministras como Irene Montero o ministros como Marlaska o Iceta. Solo el presidente del Gobierno puede echarlos y como no le interesa estarán ahí hasta que acabe la legislatura. En cualquier otro país esta ministra estaría ya en su casa. Y no hablemos de Ione Belarra, que ha puesto de “capitalista despiadado” a Juan Roig, el dueño de Mercadona, quizá una de las dos o tres empresas más sólidas de nuestro país. Atacan a los medios de comunicación y a profesionales del periodismo y no se puede hacer nada. Van contra las grandes empresas del país, y tampoco. Un marroquí que tenía una orden de expulsión del país desde el pasado mes de junio mata a machetazos a un sacristán de Algeciras en plena calle y todavía no ha dimitido nadie. Ni siquiera ha ido alguien del Gobierno al funeral. Da igual lo que hagan o lo que no hagan porque cuando les votamos y gobiernan tienen cuatro años para que les importe un pimiento lo que pensemos de ellos. Son como les dejamos ser.