Son muchos años de lucha

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22 oct 2018 / 09:46 h - Actualizado: 22 oct 2018 / 09:48 h.
"La trastienda hispalense"

Son muchos años de lucha entre bohemia y guitarra, nómadas de pueblo en pueblo, buscando hados para abrir puertas donde poder entrar para transmitir mensajes de lírica y música.

Son muchos años de lucha entre hambre y triunfo, hidalgos caballeros juglares, a lomos de Constancia, en busca -siempre- de lo desconocido, de la magia de las Indias de sus sueños, en el planeta de la música.

Son muchos años de lucha entre noche y soledad, perseverante aventurero de las musas, en la continua siembra de notas y rimas para crear su propio huerto en el que más de un millar de obras florecen altaneras y perfuman de orgullo, la labor del cantautor... En su taller de música hay duende.

Son muchos años de lucha entre el puñal y la gloria, empedernidos coleccionistas de actividades propias, para verse rodeados de premios y consecuciones de su cosecha...

Discos de oro y platino a muchas de sus producciones... Laureados por el Ministerio de Educación de Suecia por su labor como folkloristas. Reconocidos por la Emi Capitol en Dusseldorf (Alemania) con el “Gold Premium La Voz de su Amo”, máximo galardón europeo de la música. Premios de prensa, radio y televisión. Premio Nacional SGAE de autores y compositores... Y una enciclopedia de creaciones diversas, todo un arsenal de creatividad e interpretación.

Son muchos años de lucha entre Sevilla y el mundo, apóstoles caminantes de su cultura, que ni siquiera tuvieron tiempo de mirar hacia dentro y saber sí, entre tantos logros y galardones, obtuvieron el título de “profetas” en su cuna-tierra, la pequeña patria que han representado, con ejemplaridad, a lo largo de su magna y extensa trayectoria, sin jactarse de pregonar los muchos éxitos conseguidos... Nunca tienen tiempo... Sus vidas, siempre, hipotecadas por sus oficios de cantores. Sus pregones, ni mejores ni peores, son diferentes. Andalucía siempre está en sus coplas.

Son muchos años de lucha entre quimera y desencanto, humildes obreros del Arte, para conseguir la madurez del oficio. Sin prisas, pisando firme, instruidos y fajados por un amplio abanico lírico-musical, entre fantasía e imaginación, valientes soldados de la música, combatiendo, incluso, contra molinos de viento y pellejos de vino que no dejan de existir, en esta -cada vez más difícil- Cruzada de Juglares. En ella ondean, satisfechos, el estandarte de su historia, con el único deseo de bordar en el mismo, el gratificante escudo de tu reconocimiento.

Brindemos, en esta trastienda hispalense, por todo lo que queda por hacer, lo hecho ya se hizo, ahora queda seguir en la brecha. Bebamos por una nueva era. La Tierra nos espera. “Sangre de Cristo, cuánto ha que no te he visto, y ahora que, por fin, te veo, Gloria in Excelsis Deo”.