Los límites que separan un espectáculo cualquiera del bochorno, de lo innecesario, de lo ramplón o de lo vergonzoso, deberían estar más claros de lo que parecen estar. En concreto, los realities de televisión se han convertido en un escaparate del mal gusto, del insulto, de lo que no se debe ni se puede hacer. En impresentable que millones de personas se entretengan viendo cómo un sujeto insulta a otro, como se humilla al que es más débil o cómo un grupo de personas se convierte en una jauría dispuesta a despedazar a la presa.
«Supervivientes» es un programa que coloca en el extremo a sus concursantes. El hambre hace estragos, las picaduras de insectos ponen más difícil las cosas, la debilidad física y mental no ayudan a que la estancia en el programa sea agradable, y la convivencia se torna agria dadas las circunstancias. Todo eso es cierto y hay que tenerlo en cuenta para valorar lo que va sucediendo, pero no justifica, de ninguna de las maneras, actitudes hostiles en exceso, insultos, abusos de poder o cualquier otra cosa que sobrepase los límites de las buenas formas, de la buena educación o del trato adecuado entre personas.
Participa en «Supervivientes 2022» un tal Anuar Beno. ¿Quién es este individuo? El hermano de Asraf Beno, pareja de la hija de Isabel Pantoja. Eso es todo. No hay más. Ni oficio ni beneficio. Eso sí, su chulería no tiene límites, su limitadísima educación roza lo doloroso, su talla intelectual es mínima, su falta de pudor para arrimarse al que él cree que puede ser un concursante poderoso resulta patética y, sobre todo, su maldad y su falta de empatía sobrepasa cualquier límite. Este es de los que confunde dar espectáculo con la casquería, con arrasar al débil para que los vídeos sirvan de carnaza entre la audiencia. Este sujeto es un agujero negro en cualquier espectáculo.
El tal Anuar persigue de forma obscena a Juan Muñoz (el que fuera integrante de ‘Cruz y Raya’). Fracasado y viejo (en sentido totalmente peyorativo) son los insultos que le dedica con frecuencia. Con un tono terrible, con una mirada de odio que da miedo, con una mala baba inaguantable. Juan Muñoz, mucho más elegante, no entra al trapo. Bastante tiene con sobrevivir a la experiencia como para aguantar estupideces.
Por cierto, Kiko Matamoros es otro que anda insultando con cara de loco a otros. Ya hablaré de este otro elemento.
Ana Luque (amiga de la anterior ganadora de este programa) ha sido la que le ha tenido que decir al joven maleducado que se estaba pasando. La que parecía más superficial y más tontorrona ha sido la que le ha puesto límites al hermano del novio de la hija de Isabel Pantoja. Se agradece y tendrá su recompensa en las votaciones porque el personal no soporta injusticias y es falso que quiera carnaza sanguinolenta para disfrutar.
Penoso el elemento llamado Anuar. Tal vez si consigue hacer un cuarto de lo que ha hecho Juan Muñoz durante su carrera profesional, y solo tal vez, Anuar podrá abrir la boca sin decir inconvenientes y podrá aportar algo a este mundo.