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Susana Díaz no pactaría con Bildu o Puigdemont

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03 jun 2021 / 18:06 h - Actualizado: 03 jun 2021 / 18:37 h.
"Opinión","Política","Primarias en el PSOE de Andalucía"
  • La secretaria general de los socialistas andaluces, Susana Díaz. / EFE - Julio Muñoz
    La secretaria general de los socialistas andaluces, Susana Díaz. / EFE - Julio Muñoz

De Susana Díaz se pueden decir muchas cosas. Desde malas a excelentes. Pero conviene decirlo todo. Si alguien se queda en la crítica o en el halago sin querer equilibrar la opinión se estará dedicando a la crítica sin sentido. Y es eso, exactamente eso, es lo que está sucediendo en los últimos tiempos respecto a Susana Díaz.

Susana Díaz heredó una situación muy complicada. La corrupción del PSOE arrasaba con todo en Andalucía, los votantes daban la espalda al socialismo y todo iba empeorando con rapidez. ¿Colaboró ella para que ese desastre se produjera? Seguramente, algo de culpa tendrá puesto que fue una persona cercana a la cúpula socialista de aquel momento. Pero son muy pocos los que no tuvieron su parte de responsabilidad. El PSOE-A se había convertido en un desastre con la colaboración de todos. Y, así, la presidencia de la Junta de Andalucía se convirtió en un caramelo envenenado.

Sea como sea, Susana Díaz se convirtió en la defensora de la tradición socialista en España (sí, no solo en Andalucía), en la mujer que gritó en favor de una España unida sin interferencias de políticos populistas, sin pactos absurdos e injustificables; y, sobre todo, Susana Díaz demostró que el sentido de Estado debía estar por encima de los intereses partidistas y personales. Tenía razón la que fue presidenta de la Junta al poner en duda lo que Pedro Sánchez estaba planeando. Efectivamente, el actual presidente del Gobierno ha puesto por delante del bien común el suyo propio. Sánchez ha cruzado todas las líneas rojas que habían ordenado la vida política en democracia, Sánchez siempre ha encontrado excusas enclenques para pactar con indeseables o secuestrar a figuras como es la de Felipe VI. Susana Díaz nunca hubiera hecho nada de eso; lo ha dicho por activa y por pasiva.

De hecho, actualmente, votar a Susana Díaz es votar contra un sanchismo insoportable para un partido que quedará hipotecado por muchos años tras el paso por la secretaría general de Pedro Sánchez. El PSOE ha dejado de ser el PSOE y Susana Díaz, con todos sus defectos, es esa figura que podría reconducir la situación desde la federación más poderosa de España.

Susana Díaz no pactaría con Bildu o con Puigdemont. Susana Díaz no hubiera colocado a Pablo Iglesias en un ministerio y a su esposa en otro. Susana Díaz comprende que la figura del Rey es fundamental, y que se trata de un apoyo y no del enemigo. Susana Díaz sí es feminista y no solo nombra a mujeres en cargos de importancia para parecerlo. Y Susana Díaz representa un socialismo leal, social y anclado por las raíces de lo que siempre ha sido el partido en España.

Se ha equivocado Juan Espadas arrimándose a Pedro Sánchez. Si no termina de cuajar su campaña para las primarias le abandonarán sin disimular. Ganado esas primarias, si los resultados en las elecciones autonómicas no acompañan le triturarán sin piedad. Juan Espadas, le guste o no, es el corresponsal de Pedro Sánchez en Andalucía y eso es, en sí mismo, un problema para él. Porque, aunque al presidente del Gobierno le estén diciendo al oído que es algo parecido al dueño y señor del país, la realidad es otra. Pedro Sánchez es tan discutido como dicen algunas encuestas, como se puede palpar en redes sociales.

Solo un socialismo cercano a la esencia, y no al marketing o a las ocurrencias de un experto en decir palabras gruesas y vacías, podrá parar el avance del PP de Juanma Moreno Díaz. Solo Susana Díaz podría acercarse al milagro de recuperar San Telmo porque es la única que se acerca a esa idea que Sánchez ha triturado sin pensar en las consecuencias futuras. Porque, que nadie se equivoque, hoy eso ya es un milagro total.