Tablada y el traslado del campo Ferial permanente

El debate sobre el traslado del campo de Feria de Abril parece oficialmente decantado a favor del enclave del Charco de la Pava, pero el tribunal del tiempo viene emitiendo sentencias testimoniales que denuncian el enorme error urbano que podría significar la elección del citado sector, por causas cada vez más evidentes de sus dificultades de accesos. El actual viario del enclave es ya más que insuficiente y conflictivo para atender la demanda de tráfico, y cada vez empeora la situación con la expansión del Aljarafe y el mismo entorno de la zona de las Erillas-El Manchón-La Pañoleta elegida para campo de Feria de Abril. Ofrecemos un análisis de la situación y sugerimos un cambio de criterio a favor del enclave de Tablada, que sí reúne todas las condiciones presentes y futuras para acoger un campo ferial, cultural y de ocio de utilización permanente para múltiples actividades durante todo el año, al mismo tiempo que rentabilizaría las inversiones en infraestructuras a favor del Aljarafe, tan necesitado de vías de accesos.

Aunque los proyectos de traslados del campo de Feria de Abril siempre han tardado mucho tiempo en hacerse realidad, tres cuartos de siglo en el caso del Prado de San Sebastián, y además la inmensa mayoría de ellos duermen el sueño de los justos, nunca exentos de polémicas, en el caso del proyecto actual parece cada vez más aceptado por el Ayuntamiento que se abandone el campo de Los Remedios y se traslade al sector del Charco de la Pava. Como es lógico hay sustanciosos asuntos urbanos por medio, y negociaciones con las administraciones. Pero no hemos visto nosotros todavía la Feria en el Charco de la Pava, por la sencilla razón de que este proyecto lo consideramos inviable por varias razones, y la primera de ellas, que presenta graves dificultades de accesos.

La zona urbana en la que se pretende ubicar la Feria de Abril se está llamando Charco de la Pava a secas, para simplificar, pero en realidad el campo ferial y sus anexos ocuparían terrenos hasta el Haza del Huesero y el Patrocinio, además de parte del Norte de la dehesa de Tablada y del Sur de la Isla de la Cartuja, en todos los casos terrenos inundables. Esta circunstancia supondría un encarecimiento de las inversiones fundacionales del solar, y aún así no podría evitarse el riego de riada de la zona a través del alcantarillado y sus terminales de husillos y retretes. Por eso, cuando Sevilla tuvo alcantarillado, resultó ineficaz la muralla árabe en su conjunto y el sistema de ataguías o regolas de las Puertas. Hay, pues, que contar con las consecuencias de las inundaciones, que no son raras aún, como se demostró en 1996 cuando toda la Vega de Triana y la Dársena se convirtieron en mar, como corresponde a su historia de estuario y Madre Vieja del Guadalquivir.

A finales de los años sesenta, el entonces director de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, el doctor ingeniero de Caminos, Canales y Puertos Mariano Palancar Penella, ofreció un uso de la zona acorde con sus servidumbres, es decir, crear el Parque del Oeste, un sector verde que ahora ya existe con parte dedicado a actividades deportivas.

Posiblemente sean las últimas experiencias de tráfico vividas y sufridas durante los meses de diciembre de 2016, y enero-octubre de 2017, los alegatos más expresivos contra el proyecto de localizar el nuevo campo de Feria de Abril en la zona del Charco de la Pava. Es impensable que se pretenda invertir astronómicas sumas en dotar al enclave ferial de infraestructuras hipotéticamente adecuadas, para uso masivo durante quince días, sin antes atender las gravísimas exigencias planteadas diariamente a los cientos de miles de residentes del Aljarafe y usuarios de los numerosos centros comerciales de la zona. Y además, tampoco estaría asegurada la comunicación entre orillas por la sencilla razón de que no hay disponible el suficiente espacio libre para construir nuevas autovías ni siquiera carreteras con dos sentidos de dirección. O sea, que tampoco la solución sería construir más puentes entre ambas márgenes del río en la Vega de Triana.

Como han planteado razonablemente los alcaldes de Tomares, Camas y San Juan de Aznalfarache, la zona de El Manchón-Las Erillas-La Pañoleta está colapsada habitualmente de tráfico y aún faltan por terminarse varios complejos urbanos, cuyos accesos nadie sabe todavía cómo van a solucionarse. Los embotellamientos en esta zona han sido diarios y no solos en las horas punta.

El fotoplano que incluye los tres enclaves a debate, (1) el campo ferial y anexos proyectados en la Dársena antigua, (2) el actual campo ferial en Los Gordales, y (3) la dehesa de Tablada, informa visualmente de las características de cada zona con vista a sus comunicaciones necesarias y posibles. Para nosotros, una vez aceptada la necesidad de trasladar el campo de Feria de Abril y el aprovechamiento urbano que quedaría libre, mediante acuerdos con la administración central, que deberían ser muy beneficios para la ciudad para justificar el cambio de uso, el futuro está en la dehesa de Tablada.

El otro fotoplano ilustra de las comunicaciones actuales del enclave. Pueden verse perfectamente las vías de tráfico disponibles y que presentan un alto índice de colapso en las horas punta. Arriba, a la derecha, puede verse el nudo de comunicaciones de La Pañoleta-Camas y Autopista de Sevilla-Huelva más los enlaces con la carretera de San Juan de Aznalfarache que sirven además de acceso a Las Erillas-El Manchón. Abajo, a la izquierda, se observa el nudo de comunicaciones formado en la salida y entrada de Sevilla por Tablada y sus enlaces con la autopista SE-30 y el muro de defensa que llega hasta el Patrocinio y enlaza con la autovía Carlos III, en la Isla de la Cartuja. En el rectángulo formado por el nudo general de carreteras queda encerrado el proyectado campo de Feria de Abril.

Si ahora mismo, diariamente, las vías de tráfico actuales del enclave, incluyendo todos los puentes, han demostrado ser insuficientes para atender las exigencias del tráfico normal generado por el Aljarafe y los numerosos centros comerciales del sector, pueden imaginarse qué problemas plantearía los cientos de miles de personas que se dirigieran a la Feria. Recuerden que en la pasada Feria de Abril, los embotellamientos para entrar en los aparcamientos llegaron hasta la ronda La Pañoleta-Camas, y que el sector del Patrocinio estuvo colapsado durante horas. Y la misma situación del norte se produjo en el sur, con colas que llegaron hasta el puente del Centenario.

Cuando los sevillanos de 1846 fundaron la feria mercado agropecuario de Abril, eligieron como campo ferial el Prado de San Sebastián, un ejido localizado extramurallas, muy alejado del perímetro urbano. Y entonces, hay que subrayarlo, no había más medio de transportes que el de tracción animal. Tardó más de medio siglo (1900) para que los sevillanos contaran con tranvías eléctricos, con dos líneas que llegaban a la Feria, la de «pequeña circunvalación» (disco verde), que terminada en la Puerta de Jerez, y la de «circunvalación interior» (disco blanco), que pasaba por los jardines de Catalina de Ribera y la Pasarela. Y pasaron casi sesenta años (1905) para ver por las calles el primer automóvil, matrícula SE-1, un sistema de transportes que tardó dos décadas en popularizarse. No hay, pues, motivos para decir que la dehesa de Tablada queda demasiado lejos. El Prado de San Sebastián sí que estaba lejos en 1846 y décadas posteriores del siglo XIX. No hay distancias cuando se cuenta con vías públicas adecuadas, rápidas, y zonas de aparcamientos. El mejor ejemplo moderno lo tenemos con las primeras autovías de Dos Hermanas y Coria del Río, que las convirtieron en «ciudades dormitorios» de la metrópolis en pocos año¡s.

En el siglo XXI, un campo de Feria no debería ser ya efímero, con costes de montajes perdidos anualmente, sino permanente, sólo con costes de mantenimientos y mejoras. Ni mucho menos para un solo uso de quince días al año, sino compatible con otras actividades lúdicas y socioculturales. La dehesa de Tablada puede permitirse todavía el lujo de hacer compatible un campo ferial rural, como marcan los cánones de la Feria de Abril, sin menoscabo de su tendencia verbenera urbana, con los proyectos urbanos y rurales conocidos de los sectores públicos y privados, con aprovechamiento integral de la ribera (Marinas), parque metropolitano, y edificaciones específicas.

Un campo ferial multiuso rodeado de varios anillos de vías de accesos dedicados selectivamente a automóviles y autocares, carruajes y jinetes, con puertas de entrada al real por los cuatro puntos cardinales y zonas intermedias. Cada acceso principal podría tener como portada una de las Puerta de Sevilla desaparecida, reconstruidas a escala, convertidas además en memoriales históricos y museos permanentes (épocas prehistóricas, ciudad musulmana, ciudad de Alfonso X el sabio, el Guadalquivir, la ópera y Sevilla, Tauromaquia, ciudad del Imperio y puerto de Indias, la Medicina sevillana precursora, etc.). Las zonas de aparcamientos podrían situarse alrededor de los anillos. Los accesos podrían ser por los cuatro puntos cardinales, con la SE-40 y el túnel bajo el río ya proyectados, y todas las restantes inversiones en autovías, carreteras y puentes, tendría asegurada en este sector la rentabilidad de ser útiles para el Aljarafe todo el año. Serían las infraestructuras que actualmente reclaman como complementos indispensables los sistemas viarios en servicio (SE-30 y anexos), saturados por el constante aumento del parque de vehículos y el crecimiento demográfico del Aljarafe.

El arquitecto técnico Francisco José de Jesús Pareja ha planteado una hipótesis de trazado y localización de un recinto multiuso propio para las Ferias de Abril y de San Miguel y otros eventos socioculturales y económicos, según las sugerencias publicadas por nosotros. Sobre la citada hipótesis, la arquitecta Cristina Pérez Bueno ha realizado las infografías que insertamos en estas páginas.

Una de las escasas posibilidades que existen en nuestro municipio de superar el déficit de accesos que tiene la zona del Charco de la Pava-Haza del Huesero-Patrocinio, está en la todavía dehesa de Tablada, sin duda alguna última reserva rural de la ciudad. Basándonos en las necesidades de hacer compatibles los anhelos e intereses de los sectores público y privado, venimos sugiriendo desde los años ochenta que Tablada reúne los requisitos básicos para localizar el futuro recinto ferial, sin menoscabo de otros proyectos legítimos.

Desde poco después de 1847, la ciudad se planteó un nuevo recinto ferial para poder utilizar adecuadamente el Prado de San Sebastián. Ni el plan de 1856 (Campo de Martes) ni el de 1898 (Cortijo del Maestreescuela), fueron realizados. Poco después de 1973 (a tres cuartos de siglo del último intento de traslado), comenzaron los problemas de accesos en el actual recinto, con plurales repercusiones negativas cada vez más insufribles para los visitantes y los residentes en Los Remedios y zonas anexas.

Ahora hay que pensar en un recinto ferial de instalaciones fijas, multiusos, como ya expusimos en los textos anteriores. Recuperando la Pasarela en la zona central, como atalaya de la Feria, y con entradas fijas que recuperen ocho Puertas de la ciudad que, a su vez, serían memoriales de la historia sevillana. Un atractivo turístico y cultural, una ruta permanente que daría vida al recinto todo el año.