¿Te atreves con el zero waste?

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20 jul 2022 / 13:26 h - Actualizado: 20 jul 2022 / 13:26 h.
  • ¿Te atreves con el zero waste?

Muchos sapiens no saben resistirse ante la estantería de un supermercado limitando la cantidad de productos que introducen en el carrito de la compra. Una compra compulsiva que no siempre es debida al miedo por desabastecimiento, a la psicosis de la escasez o al miedo a la subida de los precios. Ese tipo de acopio apremiante, además, no tiene en cuenta que mucho de esos productos terminarán antes o después, caducados, en la basura.

Otra de las peculiaridades que caracterizan al homo sapiens es la manía de acumular resistiéndose a desechar o deshacerse de pertenencias, aunque no se usen. Sin embargo, la especialidad de los sapiens que más me llama la atención, y que han venido desarrollando desde que comenzaron a querer dominar el planeta, es la utilización no cuidadosa y equilibrada de los recursos naturales, sin pensar en el efecto que este sistema de explotación podía generar. Se ha venido utilizando de la naturaleza todo lo que se tenía al alcance, olvidando que el planeta no ha estado nunca dispuesto a soportar pasivamente y perpetuamente nuestro antropocentrismo. De este sistema de vida emerge un ego depredador no consciente, que ignora que los recursos del planeta son finitos. El sapiens no termina nunca de aprender la lección: querer un mundo sostenible significa ocuparnos del hoy, cuidando que haya un mañana.

Es urgente y necesario que incorporemos a nuestro estilo de vida y a nuestra cultura soluciones ecológicas que den respuesta a los desafíos a los que nos enfrentamos, como es sin duda el cambio climático.

Una de estas soluciones es el “zero waste”, que traducido al español sería “residuos cero”. Es decir, conservar y optimizar el uso de los recursos naturales del planeta impulsando el consumo y la producción responsable, para reducir el volumen de residuos que producimos a diario.

Otra medida sería el “low impact” o “bajo impacto” resultado de incorporar gestos sostenibles a nuestro estilo de vida. Reduciendo conscientemente la huella ecológica, provocando menos daño a la biodiversidad y contaminando menos, viviremos más sanos, gastaremos menos y protegeremos nuestro hogar común. Se trata, por ejemplo, de ahorrar agua manteniendo cerrado el grifo mientras no la usamos, utilizar el coche solo lo necesario, ahorrar energía eléctrica, disminuir los desperdicios comprando solo lo necesario, reciclar, respetar la naturaleza...

Gestos fáciles, sencillas rutinas, para vivir de forma más sostenible y respetuosa, actos cotidianos que están al alcance de nuestra mano.