Techo y comida

Image
04 mar 2016 / 23:23 h - Actualizado: 04 mar 2016 / 20:06 h.
"Cine"

TAGS:

La ficción cinematográfica es una potente herramienta para desvelar la realidad. La película Techo y comida del jerezano Miguel del Castillo narra una historia capaz de provocar en el espectador una corriente de sensaciones entre las que no cabe la de la indiferencia.

Una barriada obrera de Jerez, una madre soltera en paro con un hijo, sin recursos, un desahucio inminente. Estos son los mimbres de la narración. La actriz andaluza Natalia de Molina da vida a esa mujer que no sabe por dónde tirar. Y le ha valido un Goya a la mejor actriz compitiendo, por cierto, con Penélope Cruz, Juliette Binoche o Inma Cuesta.

La película está carente de grandes recursos técnicos pero se sostiene por la fuerza de la historia.

Manuel Tallafé, el curtido actor gaditano, da vida a un tipo que la explota como mujer- cartel que anuncia una casa de compraventa de oro. Mariana Cordero es la vecina que trata de ayudarla para que puedan comer algo más que salchichas de oferta y le deja tomar la luz que tiene cortada. Mercedes Hoyo borda un papel de la esposa del casero que la va a desahuciar. El resto son actores o figurantes desconocidos de Jerez.

Sabes que lo que te están contando es real. Has visto a personas entregando, como la protagonista, su currículum que acaba en la papelera. Que busca trabajo de lo que sea para tener un techo y un mínimo de recursos para mal alimentarse. Que no paga la renta del piso amueblado en el que malvive y que por la noche, entre las sombras, rebusca en los contenedores ese paquete de galletas que alguien ha tirado y que será el desayuno de su hijo. Después de ver esta película no puedes ignorar la realidad de la crisis.