La Tostá

¿Tengo derecho a tener lo que tengo?

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
22 sep 2021 / 19:57 h - Actualizado: 22 sep 2021 / 20:00 h.
"La Tostá"
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Estos días estoy conmocionado por los pobres habitantes de la isla de La Palma, que lo están perdiendo todo. En breves semanas el interés mediático cambiará de destino y se quedarán solos con sus casas sepultadas, amén de los recuerdos de una vida, el patrimonio acumulado, los proyectos y los sueños destrozados. Ayer tarde me senté a ver mi casa de campo desde el jardín y no pude evitar llorar amargamente pensando que no tengo derecho a quejarme de nada porque soy un privilegiado y no sé cómo podría ayudar a esa pobre gente. No sé cuántos cientos de millones de euros harían falta para que vuelvan a sonreír y amar la vida, pero somos un país rico, de los más ricos de Europa. Además, solidarios con personas que ni siquiera son españoles, esas criaturas que llegan en pateras huyendo de las guerras y el hambre, o simplemente buscando un porvenir para sus hijos. Qué más da si son o no españoles. Les damos ropa, comida, camas con sábanas limpias y confortables habitaciones en hoteles, y uno se siente orgulloso de que seamos capaces, como país, de poder hacer eso, ayudarles a salir de una mala racha o una situación endémica. Desconozco cómo tiene que solucionar el Gobierno español esta papeleta de los palmeros, pero la ayuda tiene que ser ya y sin titubeos. Necesitan dinero de manera instantánea, casas donde dormir y resguardarse del frío o el calor, alimentos, sicólogos, asesores de todo tipo para que no sean engañados u olvidados, y, sobre todo, toneladas de cariño, decenas de toneladas por cada tonelada de lava que les ha arruinado la vida. Las grandes empresas de comunicación españolas, sobre todo las cadenas de televisión, están haciendo su agosto con la tragedia, empeñándose, en una competencia macabra y absurda, en dar antes que la competencia la noticia más morbosa y la imagen más espectacular. Que aporten millones de euros, una parte de los que van a recibir metiendo en nuestras casas el horror y la desesperación de esta pobre gente. En cuanto al Gobierno, cuando quieren hay dinero, mucho dinero para salvar aerolíneas en quiebra que ni siquiera son nuestras o diseñar campañas electorales que son un dispendio en la mayoría de las veces. Cada familia arruinada de La Palma debería de tener ya, mañana mismo, medios suficientes para poder afrontar esta tragedia, sin papeleos, sin burocracia alguna, porque son españoles que nos necesitan a todos y tiene que ser ya, antes de que pierdan del todo la esperanza. Dígannos cómo podemos ayudar, qué podemos aportar para que no pierdan del todo la sonrisa. Ya habrá tiempo de reproches, de ver cómo se permite que en una isla con un volcán que puede hacer el daño que está haciendo, se podía construir sin ton ni son. Hoy creo que nada de lo que tengo me pertenece, que tampoco es mucho.