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Antonio Manuel.
El pasado lunes escribí sobre la nueva teoría de Teresa Rodríguez sobre el origen del flamenco. Recuerden: “El flamenco es el testimonio vivo de la lucha del Pueblo Gitano contra el exterminio ordenado una y otra vez por los reinos de Castilla”. Sabía que era imposible que la dirigente política de Rota hubiera llegado sola a esa descabellada conclusión y pensé en la influencia que haya podido ejercer en ella el polémico Antonio Manuel, autor de Arqueología de lo jondo. Tengo el discurso completo dado en La Chumbera, de Granada, y, en efecto, lo cita:
Y yo me atrevo a decir que nuestro andalucismo es como el flamenco: un cante desgarrado, identitario y rebelde. Un paradigma abierto. Una memoria sin fronteras, que dice nuestro querido Antonio Manuel.
¿Es su asesor en materia de flamenco? No pasa nada si lo es, pero raro es el día que no aparece algún artículo desmontando las caducas teorías flamencólicas del autor cordobés, que son las mismas de Blas Infante. A pesar de eso, Canal Sur Televisión aprobó una serie de cuatro capítulos basada en tan fallida obra flamenca, así que, aunque habrá que verla, la cosa huele a nuevo bodrio de La Nuestra, donde pocas veces aciertan.
Si Teresa Rodríguez necesita un asesor para hablar de flamenco, ahí tiene a Miguel Ángel Vargas, de Lebrija, que chanela tela. Lo digo para que no vuelva a dejar claro que es una andaluza sin mucha idea de lo que es el flamenco y cómo se formó este arte andaluz. Desde hace dos o tres décadas están saliendo investigadores solventes que, sin ayuda alguna de las administraciones públicas, contribuyen cada día a meter la linterna en las cuevas de la historia de lo jondo para que sepamos la verdad. Tampoco es tan complicado estar al día.