Tiempos de ‘postureo’

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17 abr 2016 / 21:57 h - Actualizado: 17 abr 2016 / 21:58 h.
"El Baradero"

La historia establece claramente los tiempos de decadencia. Periodos históricos en los que la confluencia de la falta de gestión y la descomposición de las ideas arrastra a la sociedad a pasar situaciones de baja calidad existencial. Solo abrir la prensa y repasar la información de cada día nos muestra claramente que estamos atravesando una encrucijada decadente. Un tiempo de bajeza moral e intelectual que a todos nos alcanza. Parece como si todos los estamentos estuvieran corruptos. Cada día una nueva sorpresa. Un sobresalto informativo a cada momento.

La fragilidad política y la endeblez de los nuevos líderes nos hacen presagiar un futuro incierto, un futuro con pocas esperanzas de lograr, en poco tiempo, la salida de esa crisis en la que otras torpezas decadentes nos sumergieron. Ahora estamos en manos de un destino sociopolítico incierto. Cada nuevo caso de corrupción remueve nuestros adentros y desmorona nuestra ya precaria credibilidad en la sociedad en la que vivimos.

¿Cómo se le puede inculcar a los ciudadanos de a pie que deben cumplir con las normas? Harán falta cambios profundos y líderes de mucha altura, conocimiento y talento para salir de esta sima. La ambición es el gran pecado de esta época en la que solo el dinero es el símbolo del éxito como si no existiera mas valor que lo material. Se ha puesto de moda últimamente la palabra postureo, curiosamente una palabra muy usada por el sur para descalificar a aquellos que basan su vida en el aparentar. Ahora todo se aparenta. El poder, el dinero, la honestidad. Hasta los amigos de Whatsapp son de mentirijillas.

Nos hace falta un buen blanqueo de cara para volver a retomar la senda del resurgir, como se hacía en los pueblos cuando se acercaban la fiestas de la patrona. Es imprescindible salir de este impasse en el que nos ha instalado los que se postulan como líderes de este espacio de la historia. Necesitamos pasar página y utilizar un buen chorro de lejía regenerativa para volver a la senda de las ilusiones para salir de una vez por todas de esta parte de nuestra realidad.