Tipo LED

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16 feb 2020 / 05:00 h - Actualizado: 16 feb 2020 / 05:00 h.
  • Tipo LED

Espontaneidad, sencillez, ingenio, creatividad... Son atributos que van de la mano de la autenticidad propia de los niños. Sus ocurrencias nos hacen pensar y, casi sin darse cuenta, se convierten en semillas del aprendizaje de este singular viaje que es la vida. El pasado domingo fui testigo de una de esas perlas, me encontraba en misa, en la parroquia La Resurrección del Señor (en la Carretera de Carmona); Javier, el cura (quien tiene la habilidad de hacer de la homilía un homenaje a la cercanía y a la participación) hablaba de la esencia de la campaña de Manos Unidas y, para alentar a la implicación, preguntó: "¿qué tipo de luz queremos ser en el mundo?", un chiquillo levantó la mano, Javi se acercó y el chaval respondió: "¡una tipo LED!". Algunas risas resonaron en la parroquia, yo abrí mucho los ojos en expresión de sorpresa salpicada de descubrimiento, entonces el parroco volvió a preguntar al niño: "Pero, ¿eso qué significa?, ¿qué es una luz tipo LED?" y el chiquillo respondió: "Una luz que está en la casa, ilumina mucho y consume muy poco".

¡`Sembrao´!

¡Nunca mejor dicho!, eso fue lo que pensé cuando escuché aquella sincera respuesta: "¡Ha estado `sembrao´!" y lo había estado en el más amplio sentido del término, tanto en la acepción metafórica (había estado estupendo) como en la literal (había sembrado, sin proponérselo, una potente reflexión, probablemente en la mente y en el corazón de más de uno). Esa es precisamente la magia de sembrar que, para cuando quieres darte cuenta, la semilla se expande tanto por abajo (raíces) como por arriba (tallo) y, si tienes la suficiente paciencia, podrás disfrutar incluso del brote de los nuevos frutos...

Iluminar mucho, consumir poco

Creo que aquel niño no fue del todo conciente de la genialidad de su respuesta... Al decir que deberíamos ser luces tipo LED para iluminar este mundo estaba brindando una sencilla invitación a irradiar lo mejor de nosotros mismos sin reservas, así es como se ilumina mucho y se consume poco (como una LED). ¿Cuándo iluminamos? en cada ocasión en que propiciamos que mente y corazón trabajen en equipo; cuando disfrutamos compartiendo (ya sea unas cervezas, una conversación, un paraguas o una serie); cuando practicamos el arte de comprender y nos bajamos del caballo del "tengo razón"; cuando amamos y nos entregamos tan sencilla y sinceramente que no entendemos cuando nos dicen: "¡qué valiente!" porque lo único que comprendemos es que somos seres vivientes, esto es, que la vida sólo se conjuga... ¡viviendo! y el vivir sólo se entiende... ¡queriendo! A ti mismo, a los demás, a los animales, al entorno; también iluminamos cuando respetamos la diferencia, cuando confiamos con inteligencia, cuando cumplimos con la palabra con diligencia, cuando sabemos ver más allá de las apariencias... Y, ¿cuándo se consume nuestra existencia? nos consumimos cada vez que dejamos de ser fieles a nuestra propia esencia; cuando mente y corazón no están en sintonía; cuando no disfrutamos de ninguna compañía (ni de la propia ni de la ajena); cuando nos parece que no hay nada que merezca la pena y dejamos que nuestro criterio se diluya en el disolvente del relativismo; cuando nos dejamos caer por el abismo de los miedos; cuando no somos sinceros; cuando nos olvidamos de que amar(nos) es lo primero... Si pasas por estos momentos y te preguntas: "¿qué puedo hacer?"; recuerda: tipo LED...