La vida del revés

Torra es el infiltrado. Y Puigdemont otro

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17 oct 2019 / 07:25 h - Actualizado: 17 oct 2019 / 08:49 h.
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  • Quim Torra. / EFE
    Quim Torra. / EFE

Decía ayer el señor Torra que hay violentos infiltrados entre los CDR, sí, esos grupos que él mismo alienta y a los que pide que aprieten. Lo hacía con voz sacerdotal y cara de enorme pena. Condenó la violencia, pero poco. Lo que hizo fue cargar las culpas sobre los desconocidos que han convertido Cataluña en una especie de territorio sin ley, desolado y peligroso. Él y los suyos son chicos y chicas pacíficos que sonríen sin parar y quieren que el amor y la concordia imperen en el mundo. Claro, claro, se nos había olvidado a los demás.

Poco antes, pasaba por delante de una mujer a punto de dar a luz que no podía ir al hospital porque la marcha que encabezaba el mismísimo president cortaba la carretera. Y pasaba sin hacer caso de los gritos de la embarazada. Eso sí, saludó por el camino a cientos de personas que se mostraban favorables a tener al frente de su Gobierno a un majadero que parece estar buscando algún mártir para seguir justificando lo que hace.

Los infiltrados son él, Puigdemont y todos esos que, entrevistados mientras caminaban hacia Barcelona, dijeron que entienden lo que sucede porque la gente está muy enfadada y que los jóvenes no han tenido más remedio que salir a la calle a ser reprimidos por la policía opresora del Estado opresor.

Damas y caballeros, lo que está pasando en Cataluña ya no tiene solución que pase por dialogar, votar o tomarse unas copitas. Ya no hay solución porque son miles y miles de personas los que se han dejado llevar por la pasión, por las sensaciones irracionales o por mensajes facilones y populistas. Ya no hay solución porque en cualquier estrato de la sociedad se encuentran personas interesadas en que el independentismo siga adelante. Ya no hay solución porque buena parte de un pueblo ha perdido el norte.

Cataluña es una parte pequeña de España, un territorio minúsculo de Europa, una parte irrelevante del planeta Tierra y un pequeño punto perdido en un universo en el que todo deja de tener importancia. Y algunos lo defienden como si fuera lo único importante, reluciente y rebosante de inteligencia (independentista) del cosmos. Una pena que ninguno seamos algo importante salvo para nosotros mismos.

Señor Torra eso que llama usted independentismo, eso que se conoce como nacionalismo, ya está inventado e implantado en toda España hace muchos años. ¿Sabe cómo se llama? Provincianismo, señor Torra, provincianismo.