Muchas son las personas que siguen resistiendo bajo los escombros, tras el sismo de magnitud 7,8 del 6 de febrero: una de las últimas es Aleyna Olmaz, una joven de 17 años, que fue salvada de una muerte atroz 248 horas después del terremoto en la provincia turca de Kahramanmaras. Esta chica se suma a los 8.000 extractos vivos en Turquía. Sin embargo, la esperanza de encontrar sobrevivientes se desvanece por horas.
En Turquía hay al menos 50.000 edificios que se han derrumbado o necesitan ser demolidos con urgencia, pero el primer desafío es la emergencia humanitaria de los supervivientes: hace unos días Antonio Guterres, secretario general de la ONU, lanzó un llamamiento desesperado: hacen falta mil millones de dólares en ayuda para la población de Turquía.
Personalmente pienso sobre todo en los niños y niñas que quedaron huérfanos durante el terremoto, ahora expuestos a todo tipo de peligros. Baste pensar en la pequeña Aya -nombre que en árabe significa milagro- encontrada viva entre los escombros en el noroeste de Siria, aún unida al cordón umbilical de la madre. Su situación nos conmovió a todos, tanto que de todo el mundo comenzaron a llover solicitudes de adopción. La recién nacida tras ser salvada sufrió también un intento de secuestro y por ello los médicos del hospital de Afrin decidieron trasladarla «a un lugar seguro».
El número de muertos por el terremoto sigue aumentando, aunque después de tantos días, más lentamente: ya son 36.187 los muertos según la protección civil turca a los que hay que sumar los muertos en Siria, al menos 6.000 según los últimos datos. En total más de 42 mil víctimas.
La situación en Siria es cada vez más crítica, no solo por el terremoto sino por el conflicto bélico que la oprime y la desangra. La situación en el noroeste es increíblemente sombría y terrorífica. El terremoto golpeó áreas donde las familias ya se enfrentaban a un enorme sufrimiento: muchas de estas familias llevaban desplazadas 12 años por el conflicto, vivían en campamentos y ya dependían solo de la ayuda humanitaria para satisfacer sus necesidades básicas.
¿Realmente nos damos cuenta del drama que están viviendo miles de personas en Siria y en Turquía? ¿Nos toca el dolor de estas criaturas? ¿Qué sentimos cuando vemos las noticias delante del televisor en la comodidad del sofá de nuestra casa? Son aterradoras las imágenes que seguimos viendo de Turquía (no es posible ver todo lo que pasa en Siria por la situación política y de guerra) con edificios derrumbándose, que oscilan de un lado a otro como un péndulo durante unos segundos y luego se derrumban, con todos los inquilinos atrapados dentro.
Se necesita tu colaboración y la mía para apoyar las tareas de rescate y atención a las personas afectadas con atención sanitaria, psicosocial, albergue, cobertura de necesidades básicas, etc. La respuesta inmediata es crucial. Además, la nieve y la lluvia están dificultando la labor de los equipos de rescate. A esta situación se une el brote de cólera que sufría la zona desde el pasado verano.
¿Dónde puedes aportar? CRUZ ROJA, UNICEF, CARITAS, OXFAM, MÉDICOS SIN FRONTERAS, pueden vehicular tu ayuda.