Seguro que Vdes. estarán encantados de que Twitter o Facebook, así como los grandes medios americanos, hayan quitado la palabra a Trump, vetando públicamente sus intervenciones; suspendiendo sus comparecencias o borrando sus mensajes, relativos al proceso electoral en USA, censura precedida por el pretexto de su falsedad o, como ahora se dice, su naturaleza “fake”.
Hay un pequeño detalle que se obvia y es que los mensajes eran difundidos, nada menos que desde los perfiles oficiales de la propia Presidencia de los Estados Unidos.
Pues bien, sin perjuicio de que Trump pueda o no ser santo de nuestra devoción, resulta que prácticamente la mitad del censo electoral ha introducido en la urna su papeleta; como mayoritariamente el número de Estados que forma la Confederación.
Es más, es Presidente en funciones, investido de las prerrogativas de la envidiable Constitución americana, en la que los ciudadanos votan directamente un Presidente y no a un líder con vida útil similar a los electrodomésticos, a voluntad del Partido dominante.
Corren malos tiempos para la libertad; en España los medios son censurados a través de emporios privados, donde constan en nómina ex asesores de Zapatero o antiguos colaboradores de los tiempos de esplendor de Susana Diaz, y que regentan, entre otros, el matrimonio Pastor-Ferreras, a través de un entramado empresarial bajo el nombre de Newtral o Pronostika.
En 1988, Chomsky, desde un pequeño despacho en la Universidad de Arizona, alertó sobre el paradigma del dominio sobre los medios de comunicación a los que llamó “los guardianes de la libertad”. Con más de noventa años, aún resiste, quizás porque un simple lápiz de madera, es imperecedero frente a cualquier “neurona” virtual.
Es más, en 2015, un líder español, que hablaba, según la entonces Presidenta socialista andaluza, en su “tiempo de descuento”, atacó a Prisa invocando que le castigaban sin piedad por no pactar los presupuestos de Rajoy (“no es no”) o rechazar una gran coalición, no cortándose al apuntar a Felipe González como el gran instigador de todo ello.
Y no se equivoquen, porque ese político no era Pablo Iglesias, sino el actual Presidente del Gobierno, ese que coloca ahora la primera piedra del denominado “Ministerio de la Verdad” y que pretende situar nada menos que a Pedro J. al frente del Diario El Pais, el periódico dependiente –perdón “independiente”- de la mañana.
De hecho, la “Ley Mordaza” sigue sin derogarse, será porque el poder carece de ideología.
Fue Milton el primer autor que ya en el siglo XVI proclamó “denme libertad para pensar y actuar libremente y después Locke quien denunció que no existía mayor crimen que amordazar a un ser humano.
Ahora lo herético o sedicioso, se puntúa y decide por un jurado de espaldas a las cámaras, inspirando formatos televisivos exitosos como el de “La Voz”.
48 horas después del recuento, la farmaceútica americana Pzifer aguardó la defección de Trump para anunciar una supuesta vacuna. Si ese anuncio hubiera sido previo a la votación, no habría cambio de Presidente en los Estados Unidos, ni se cercenarían sus tuits o mensajes públicos.
Así que sigan riéndose y celebrando el “bozal” a Trump; como la caza de brujas del senador Mc Carthy.
Pero, eso sí, sean responsables y no se quiten la mascarilla...