Un chaparrón para Atila

Image
26 jul 2020 / 03:00 h - Actualizado: 26 jul 2020 / 03:00 h.
  • Un chaparrón para Atila

El martes daba una inesperada y original bienvenida... Los sonoros truenos y el cielo color carretera eran un evidente anuncio de lo que quedaba por venir... Pero Atila no entiende de anuncios y me miró ansioso, recordándome que era su hora de paseo, "está bien, ¡vamos a ello!" -pensé- le puse el arnés a mi perro, nos dispusimos a salir (a pesar de las señales) y, con las prisas -además de la falta de costumbre- no cogí ni paraguas... Llevaríamos como unos 15 minutos de paseo cuando, súbitamente, nos cayó encima un glorioso chaparrón... Atila miraba hacia arriba con expresión de incredulidad y sorpresa, ¡era la primera vez que veía la lluvia! y le estaba cayendo toda de golpe al pobre, ¡menudo bautismo acuático! Decidí dar media vuelta y volver a casa, apenas habíamos decidido volver cuando nos tropezamos con Alonso y su paraguas, como dijo un amigo, a veces creo que mi chico es el McGuiver español ¡siempre parece tener solución para todo!, Atila debió de pensar lo mismo porque insistía en caminar debajo del paraguas, aunque su enorme tamaño hacía que se le quedasen las patas traseras fuera, entonces avanzaba más rápido para cubrise y ahí se le salía la cabeza, sólo cuando se paraba por completo y nos parábamos con él quedaba cubierto... Atila pareció tomar nota de la situación porque, a cada pocos metros, se paraba para estar a resguardo. ¡Por fin llegamos a casa! cogí una toalla y estuve un rato secando a mi mejor amigo que venía calado desde las orejas al rabo, después se quedó dormido como un bendito...

Gestor de chaparrones

La pequeña aventura vivida con Atila me hizo reflexionar... Creo que cada uno de nosotros llevamos a un gestor de chaparrones en nuestro interior pues, como bien sabrás a estas alturas de la película, la climatología vital es muuuuy variada y ni mucho menos todos los días hay un sol radiante pero si demuestras tu capacidad de seguir adelante, detrás de una gran tormenta, puede que descubras tu personal entereza. He aquí una pregunta que te interesa: y tú, ¿cómo gestionas los chaparrones?, te diré una cosa, no hay una gestión universal que valga para todo, lo inteligente es adaptar tus decisiones a las circunstancias y todo aderezado con el plus de la constancia.

Básicamente, hay tres tipos de gestores de chaparrones:

1.- quien ante los evidentes avisos de tormenta (los truenos, los nubarrones) adopta una actitud prudente y prefiere no exponerse en ese momento para avanzar cuando escampe.

2.- Los hay que, aún siendo conciente de los avisos, piensan que "la oportunidad la pintan calva" y optan por aventurarse, valorando su capacidad para asumir los posibles riesgos (por ejemplo, el hecho de acabar empapada, que estando en verano, en Sevilla, a 42 grados, fue algo que incluso agradecí).

3.- Los que siempre se preparan (los que llevan paraguas). No optan por esperar a que escampe ni tampoco salen los primeros, sea cual sea el "riesgo", deciden no llevarse ningún tipo de sorpresa.

Puede que te hayas reconocido en alguno de los tipos o puede que hayas creado el tuyo propio, sea como fuere, ser ducho en el arte de gestionar chaparrones es una habilidad valiosa para superar mil y una situaciones. Cuando estés ante tu próxima tormenta, recuerda que tus decisiones te definen, las que tomes, las que no... Y es que hay veces en la vida en las que hay que mojarse (¡que se lo digan a Atila!).