Opinión

Manuel Bohórquez

Un insulto a las flamencas históricas

Ayer escuché la entrevista de Carlos Herrera al expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, que fue un desastre, porque el presidente más lerdo de todos le dio un baño al periodista de la Cope, comiéndoselo literalmente. Le ha dado un puñado de votos a Sánchez, sin duda. Pero luego fui a Arahal, mi pueblo, a grabar una serie para ExpoFlamenco, y me vi obligado a visitar el Centro de Interpretación de la Mujer en el Flamenco, lo que en su tiempo quiso ser el primer museo flamenco del mundo -que incluía el proyecto de que Arahal tuviera el centro de documentación flamenco más grande del planeta-, y que fracasó estrepitosamente por la cosa política. Todo el contenido de este museo es de mi archivo, que junté con amor a lo largo de mi vida. Luego no me invitaron ni a la inauguración, ni respetaron el compromiso del que fuera alcalde del pueblo, don Miguel Manaute, del Partido Socialista, que quiso que fuera el director del museo para que lo convirtiera en un centro vivo, que no lo fue y que tuvo que ser cerrado. Más tarde se reabrió ya como centro de interpretación de la mujer flamenca, un verdadero error porque hubiese estado justificado el cambio feminista de proyecto si en España hubiera habido ya cincuenta museos del flamenco, pero no era así. Arahal iba a tener el primer museo flamenco de verdad del mundo y al final tiene uno dedicado a la mujer, que es un despropósito, porque es el centro de la desinformación de la mujer en el flamenco y un insulto a las flamencas históricas. Un museo en el que se engaña al visitante, porque han puesto a la histórica Cuenca, la bailaora malagueña Trinidad La Cuenca, en la parte de las cantaoras y la hacen jerezana y muerta en Utrera en 1912, cuando murió en Cuba en 1890, confundiéndola con La Sarneta. No dan ni una en los datos que acompañan a unas fotografías horribles de las históricas de lo jondo, con graves omisiones. Que esto ocurra en un centro oficial que pretende educar e informar al visitante, es una vergüenza. Deberían de cerrar de nuevo el museo y corregir tanta desinformación como hay, que es un escándalo, una falta de respeto a unas mujeres artistas que hicieron historia. La sala dedicada a la Niña de los Peines, cuya madre y hermano mayor, Arturo Pavón, eran del pueblo, es otro insulto al visitante. Nada más entrar escuchas un audio con datos biográficos de la célebre artista gitana, a la que presentan como la primera mujer que cantó flamenco en un teatro de España, algo que es absolutamente mentira. Antes de nacer Pastora Pavón Cruz (1890), cantaban ya las flamencas en los teatros del mundo. Un desastre absoluto, que espero sea corregido.

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