La Tostá

Un pacto con Escrivá

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
27 sep 2021 / 08:56 h - Actualizado: 27 sep 2021 / 09:04 h.
"La Tostá"
  • José Luis Escrivá, ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. / E.P.
    José Luis Escrivá, ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. / E.P.

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El ministro Escrivá quiere que trabajemos hasta los 75 años como máximo y que nadie se jubile con menos de 70. Lo haría con 65 años trabajados, que no cotizados, porque en los seis primeros años de trabajo no cotizaron nada por mí. Con 63 años y solo unos meses en el paro, de joven, solo tengo doce años cotizados en el Régimen General. Los demás, hasta treinta, son de autónomo, que no lo paga ninguna empresa, sino yo mismo. Llevo más de cincuenta años trabajando y me gustaría jubilarme ya para llevar otro tipo de vida, pero no puedo hacerlo. Según Escrivá, debería trabajar doce años más, porque hace falta “un cambio cultural en España”, según él, para que parezcamos más europeos. Perfecto, nada que objetar. Pero él, el Estado, me tiene que solucionar eso de que lleve medio siglo trabajando y que solo hayan cotizado por mí las empresas doce años, entre el franquismo y la democracia. ¿Me van a ayudar a que esos años, treinta y ocho, cuenten como cotizados cuando me jubile a los 75? Si me ayudan y me dan una pensión digna, lo firmo hoy mismo. Digna quiere decir que me permita vivir mejor que las bestias de carga, señor ministro de izquierdas. 600 o 700 euros al mes no es una pensión digna después de haber trabajado desde los 12 años. Con eso no tendría Escrivá ni para perder pringue en un gimnasio. Metamos luz, agua, contribución, bombona y, sinceramente, con lo que me quedaría me moriría de hambre. Pero a estos que nos gobiernan les importamos un pimiento, porque, para empezar, nos ven como ovejas de leche y lana que vender. En España hay unos cuatro millones de parados, se supone que porque no hay trabajo suficiente. Si no hay trabajo o escasea, ¿tiene algún sentido alargar la vida laboral hasta los 75? Sobre todo teniendo en cuenta que hay mucho paro juvenil. En cualquier caso, la medida estaría bien para los que empiecen a trabajar ahora o lo hicieron hace veinte años, pero no para quienes llevamos ya medio siglo doblando el espinazo y nos dijeron que la jubilación sería a los 65. “Usted le da al Estado una parte de lo que gana y nosotros le damos una pensión digna cuando cumpla 65”, nos dijeron a los de mi generación. Ese fue el pacto, señor Escrivá. No sean ustedes tan trápalas.