La Tostá

Un patético Marlaska

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
03 jun 2020 / 08:42 h - Actualizado: 03 jun 2020 / 08:42 h.
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  • Un patético Marlaska

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Le viene bien al ministro Marlaska el fandango del gran cantaor onubense Paco Isidro:

Aunque me voy, no me voy.
Aunque me voy, no me ausento.
Aunque me voy de palabra,
pero no de pensamiento.
Aunque me voy, no me voy
.

Al final se tendrá que ir porque, al margen de que haya mentido en sede parlamentaria, tanto en el Congreso como en el Senado, sería insostenible esta situación por muchos motivos, pero sobre todo por uno: la relación con la Guardia Civil, una institución muy valorada por los ciudadanos, quizá la más valorada. Es tan fuerte este asunto que cuesta entender cómo no dimitió ayer mismo, cuando un documento dejó claro por qué cesó a Pérez de los Cobos.

No tiene sentido que alargue esta situación porque ha perdido toda credibilidad y lo único que va a conseguir es debilitar al Gobierno, que ya está bastante tocado por otros motivos y muy quemado con lo de la pandemia, con ese inexplicable baile de muertos, entre otras muchas cosas. Por tanto, la dimisión de Marlaska ya está tardando y en cualquier país medianamente serio se hubiera producido ya. La derecha le ha dado el bocado y no lo va a soltar fácilmente porque por ahí puede encontrar la manera de hacer caer al Gobierno.

Curiosamente, era un juez muy bien visto por la derecha hasta que cogió la cartera de Interior. Digamos que no fue muy bien recibido y que su trabajo ha sido mirado con lupa. En cuanto se ha pasado, y lo cierto es que han sido más de tres pueblos, han ido a por él no solo por mentir y ser tan torpe en el caso Pérez de los Cobos, sino porque un ministro del Interior no es el municipal del pueblo, con todo el respeto debido a los municipales. Si cae Marlaska, la crisis de Gobierno está asegurada y la legislatura en el aire, por no decir muerta.

Lo de otra manera de gobernar, que proclamaban tanto Sánchez como Iglesias, ¿de qué iba entonces? Los ciudadanos españoles, tan quemados por la pandemia y la crisis económica, agradecerían que Pedro Sánchez actuara de una manera distinta a los anteriores presidentes. Y, sobre todo, que quedara claro quién es el presidente del Gobierno de España, si él o Pablo Iglesias, porque no está nada claro. Son intolerables los numeritos casi a diario del vicepresidente segundo, su actitud chulesca y ese aire de dictador que se trae.