Un sueño de portada

César Ramírez es el autor de ese portalón que se llenará de luz y que, durante la próxima semana, nos conducirá a una ciudad efímera que para Sevilla es la gloria

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13 abr 2018 / 19:18 h - Actualizado: 14 abr 2018 / 00:36 h.
  • Un sueño de portada

Es pintor y arquitecto. Arquitecto y pintor. Ni él mismo sabe qué es más. Y es que lleva el arte en las venas y para César Ramírez la arquitectura también es un arte. Nadie lo dudaría si tenemos en cuenta el diseño que ideó en verano para la portada de la Feria de este año. Un diseño que posteriormente fue el elegido y que hoy ya podemos ver materializado en el Real de Los Remedios. «Se gestó entre Sevilla y Chipiona», dice.

César Ramírez no es un hombre que acostumbre a autoelogiarse. Por eso prefiere mostrarse cauto y modesto aunque es consciente de lo que su portada ha gustado a Sevilla que es «a quien va dirigida».

Es difícil obtener tanta unanimidad en una ciudad a la que le gustan los debates y que está acostumbrada a las opiniones dispares. La portada gusta y gusta mucho. Le gusta tanto a los clásicos como a aquellos que optan más por el vanguardismo y la modernidad. Todos recordamos las críticas que levantaron, años atrás, otros diseños ganadores. No ha sido el caso. Por eso, César se siente el doble de «satisfecho».

Está nervioso –no lo puede ocultar–. Y es que tiene claro que la de hoy va a ser una de las noches más importantes de su vida. Agradece el trabajo realizado por todos los hombres y mujeres que –desde el 2 de enero– se han dejado el cuerpo y el alma en hacer de su idea una realidad. También reconoce la disposición del Ayuntamiento y dice que «no se es consciente de todo el trabajo que tiene la feria hasta que vives ese proceso de preparación en primera persona».

César Ramírez es un enamorado de Sevilla y de sus tradiciones y aunque siempre soñó con que un día la portada por la que cruza para llegar al Real de Los Remedios sería un diseño suyo, nunca pensó en que éste se pudiera cumplir. Así fue hasta hace unos años, cuando se empezó a plantear la posibilidad de presentar una propuesta. En verano se publicó el concurso de 2018, estudió las condiciones y una explosión en forma de portada empezó a bullir en su mente. Entonces supo que se presentaría, aunque nunca llegó a jugar con la posibilidad de ganar el certamen.

Pero así fue. La monumentalidad, la lección artística, el guiño imponente al Círculo Mercantil de nuestra ciudad y ese clasicismo que al final a todos nos termina enamorando hicieron que esa idea que floreció en su cabeza hoy sea la portada «de todos los sevillanos».

Esta medianoche, la luz se apoderará de ella. Él ya la ha visto iluminada –le ha llegado alguna que otra foto de las pruebas– pero seguro que se emociona cuando sean las manos de los mayores de nuestra ciudad los que accionen el botón y llenen su obra de resplandor. En ese preciso momento pasará de ser la portada de César Ramírez a ser la portada de Sevilla, para quien la diseñó.