Los caídos es la denominación que la historiografía franquista dio a todos aquellos combatientes del llamado bando nacional que murieron en el frente de la Guerra Civil. Eso quiere decir que cuando se dice El Valle de los Caídos jamás se está haciendo referencia ni a los muertos en el frente republicano y, mucho menos, a los fusilados a manos del franquismo cuyos restos de la mayoría de ellos ni sabemos dónde se encuentran. El Valle de los Caídos es un mausoleo franquista inaugurado un 1 de abril, aniversario de la victoria franquista, que como símbolo luego sirvió para dar sepultura a los restos de quien lo mandó construir. Desde ese punto de vista es una vergüenza que en una democracia occidental aún perviva el mausoleo en los términos en los que fue ideado por su dictador.
Me pregunto por qué es tan difícil luchar contra el franquismo y lo que representó en España y sólo encuentro la explicación en la falta de hilo conductor de la derecha española con la democracia. Creo que el hecho de que el principal partido de la derecha tenga como cordón umbilical las estructuras del franquismo hace mucho más difícil lo que en cualquier país sería ya pura historia. No puede ser que a la democracia le cueste tanto luchar por sus valores y su historia en una España en la que aún el tufo franquista parece tener más poder del que las urnas le otorgan.
Sacar los restos del dictador de ese mausoleo sólo debe ser el comienzo de la conversión de ese espacio en una especie de Auswitch español en el se cuente la historia de terror y muerte que supuso la dictadura militar y su golpe de Estado.