Los medios y los días

Vacaciones en España

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31 ago 2021 / 04:38 h - Actualizado: 30 ago 2021 / 14:41 h.
"Los medios y los días"
  • Vacaciones en España

Me da la impresión de que este verano los españoles hemos hecho más nuestro a nuestro país en materia de vacaciones. Sin olvidar a aquellas personas que por los motivos que sean no han podido disfrutar unos días de evasión, en los lugares que he visto y en otros que me han contado personas de confianza, hemos irrumpido multitud de iberos -muchos portugueses también- tomando así precauciones sobre lo delicado y hasta arriesgado que es salir de las fronteras patrias con la pandemia y de paso hemos supuesto una bocanada de aire fresco para nuestro sector hostelero y hotelero.

La pandemia nos ha obligado a ahorrar y una parte de ese dinerillo lo hemos empleado en esparcirnos por la piel de toro. Creo que, en buena medida, ha sido una muestra de solidaridad entre españoles. Por supuesto, la compañía de los extranjeros es muy necesaria y ahí ha estado aunque en mucha menor medida por lo que he visto en Punta del Moral, en Santander, en Lugo, en Barcelona, en Madrid, en la sierra de Huelva, todos ellos lugares a los que me he escapado en estos dos meses de julio y agosto. En todos he escuchado en bastante menor cuantía idiomas foráneos y sin embargo los españoles han abarrotado hoteles, restaurantes y bares, respetando, por regla general, y aguantando esas incomodidades de tener que salir pitando de un lugar demasiado pronto para esta época del año a causa de un virus extraño que se saca variantes y mutaciones del bolsillo con una facilidad misteriosa.

Ha sido como ese tiempo en que nos íbamos a los pueblos de las familias de las que procedíamos, pero por fortuna salvando los años transcurridos porque aquellas épocas fueron peores que la presente. Ahora, a pesar de las crisis que tenemos encima, nos podemos permitir otras licencias aunque aquellos días dorados en los que estaban en este mundo seres muy queridos sean sólo recuerdos emocionantes e inolvidables. La paradoja maravillosa es que los españoles estamos buscando naturaleza y espacios abiertos no desde ahora con la pandemia -que ha acelerado el proceso- sino que desde hace decenios la gente tira para las zonas metropolitanas y más allá. En Madrid, la llamada sierra pobre ya no es tan pobre, se está repoblando de gente joven y de mediana edad que trabaja en la ciudad pero se desplaza a respirar mucho mejor desde las zonas altas de esta comunidad autónoma. En los últimos cinco años, la población de algunas de estas aldeas madrileñas ha llegado a aumentar hasta en un 20 por ciento y más.

Lástima que España esté articulada de forma tan centralista y casi todo vaya para Madrid porque ahí tenemos a la España que se vacía y a la Sevilla que se vacía por las partes norte y sur de su provincia, con lo hermosa que es la parte norteña, sobre todo. No hay mal que por bien no venga: Franco la convirtió en un coto de caza para señoritos y nobles y eso ha permitido mantenerla bastante virgen para que en nuestros días sea un lugar ideal al que retirarse siempre y en especial en un momento como el actual en el que los españoles se han dicho hay que salir de casa y, dentro de nuestras posibilidades, echar una mano para levantar aunque sea un poquito este país tan castigado pero que nadie le robará nunca ni su belleza ni su apasionante historia.