Vacas y aviones nos matarán

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04 sep 2020 / 04:30 h - Actualizado: 04 sep 2020 / 04:30 h.
"Los medios y los días"
  • Vacas y aviones nos matarán

Arrepentíos, el fin de la especie humana está cerca. A las epidemias lanzadas por la unión entre las clases dominantes chinas y occidentales se está sumando una combinación mortífera que une el cielo con la tierra. Desde el cielo, el chorro de queroseno que lanzan los aviones es mucho más que gasolina aérea y los pedos de las vacas y otros rumiantes están calentando la atmósfera con sus gases que se esparcen gracias a ese movimiento diabólico de bamboleo que los mentados animales consuman con el va y viene de sus rabos mientras engullen yerba y lanzan ventosidades. Y es que ya es mucho peer desde que el homo sapiens descubrió la leche y la carne hace la tira de años. La atmósfera no puede más, se vuelve espesa y, de hecho, tal vez el pedrusco ése que ayer sobrevoló Sevilla a 97.000 kilómetros por hora se encendió cuando se dio de bruces con un telón de escapes anales vacunos. ¿Adónde iría tan ligero ese asteroide? ¿Sería acaso un nuevo invento luciferino de Bill Gates o un científico camino de su trabajo para no perder tiempo con la fase 2 de la vacuna? Espero que me respondan todos esos sabios que pululan por las redes sociales y que alguien me lo cuente cuando lo cuenten porque yo no uso redes sociales, debe ser porque me enredo bastante conmigo mismo.

Los de las vacas ya lo sabía, pero lo otro de los aviones me enteré ayer por casualidad cuando alguien me dijo que una presentadora de TVE Informativos llamada Raquel Martínez se había tropezado con una columna de este plumilla que les escribe con amor y le había gustado (la columna). Yo veo los informativos, pero no me suelo fijar en los nombres de las presentadoras ni presentadores a menos que persistan en su oficio algunos años. En mujeres me quedé en Ana Blanco que para eso está ahí desde los años 70 del siglo pasado, incorruptible como el cuerpo de San Fernando en la catedral de Sevilla. Las demás las miro y sobre todo las escucho y que me perdonen pero se parecen mucho entre ellas, vaya cómo ha subido la profesión en cantidad y calidad de mujeres, a mí cuando me dicen que en la facultad donde trabajo hay mayoría de mujeres siempre respondo que mayoría no, aplastante mayoría, si estuviéramos en los años de Franco dirían que es una carrera de niñas como cuando se definían así los títulos de la antigua licenciatura de Filosofía y Letras o Magisterio. Yo como he estudiado Geografía, Historia, Antropología y Comunicación soy una niña y soy rebelde porque el mundo me ha hecho así, porque nadie me ha tratado con amor y porque nadie me ha querido nunca oír menos esta mujer que ahora he mencionado, Raquel Martínez, y algunos allegados.

Le he preguntado al Oráculo de Delfos-Internet qué cara tiene la tal Martínez y, claro, ya lo creo que me es familiar, de TVE 24 horas, una de las cadenas que me aburre menos aunque, como está ahí, 24 horas informando, TVE dijo que para qué gastar dinero en Euronews, primer proyecto mediático de la UE importante de verdad que ahora está en manos de los yanquis y los egipcios, qué vergüenza. Me dijo Internet que la señora Martínez es muy protestona y además defiende la existencia de los chemtrails que, según el oráculo, es un fenómeno que consiste en que algunas estelas de condensación dejadas por aviones no son tales, sino que en realidad están compuestas por productos químicos que joden a la atmósfera, a nosotros, y nos espían (o algo parecido). Los científicos lo niegan, pero es que los científicos lo niegan todo hasta que ellos no digan lo contrario. Cuando vi la cara de la Martínez para saber quién era me convencí de que mientras me mira con esos ojos celestiales de los que disfruta me puede decir lo que quiera que yo me lo trago todo, me ocurre como al título del libro de Rafael Alberti, inspirado en Calderón de la Barca: antes de que me mirara doña Raquel yo era un tonto, pero su mirada me convierte en dos tontos. Eso es lo que nos pasa a los viejos verdes machistas.