Vacuna sí o no

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06 dic 2020 / 08:47 h - Actualizado: 06 dic 2020 / 08:48 h.
  • Vacuna sí o no

Fue en 1.992, cuando una militar británica, después de la Guerra del Golfo, regresó a su país, con síntomas de gripe y fatiga crónica. Ningún médico acertó a diagnosticar su causa, que atribuyeron al stress de la guerra.

Cuatro años después, decidió retirarse marchándose lejos de lo urbano, ante la frustración por la ineficacia de cualquier tratamiento siquiera paliativo.

Otros muchos soldados, experimentaron problemas de piel, dolores óseos y hasta profundas depresiones. Constituyeron una plataforma que acabó reclamando al Estado británico indemnizaciones varias, que se otorgaron bajo pretexto de los efectos perniciosos de la Guerra.

Los estudios determinaron que muchos de ellos sufrieron extraños accidentes de tráfico y crisis profilácticas, hasta el punto de que varias investigaciones independientes constataron que las enfermedades no eran sino secuelas atribuibles a las vacunas administradas contra el ántrax.

Tal vez por ello, las llegaron a denominar “no seguras”.

Queda poco para que los ciudadanos españoles, sean inducidos a administrarse una u otra vacuna. Ya hasta determinados anuncios refulgiendo en tu móvil, te seducen con marcas alternativas.

Diversos gobernantes se han referido a que serán obligatorias e incluso he escuchado a Moreno Bonilla recordar que sin el carnet de vacunación, no podrás entrar a los conciertos, museos y espectáculos... y así hasta la eternidad, en forma de supermercados, tiendas o centros comerciales.

Hemos dejado que se pudra Assange; nos hemos sometido a los jueces convertidos en una nueva elite política, Menos mal que nos queda Cantora y/o el exhibicionismo de un torero.

El mundo ha cambiado, sí. Y tanto. Se enseña robótica y se desdeña el latin o el griego.

Show must go on.

Quizás por eso hasta los Gobiernos han firmado una clausula liberatoria de responsabilidad respecto a terceros de las vacunas adquiridas a las multinacionales farmaceúticas.

Así que, elijan entre los libros de autoayuda contra la soledad, los robots sexuales o la tasca de la esquina, eso sí, con mascarilla y distancia social.

Porque los antidepresivos... esos no cesarán de dar beneficios; los mismos que las seductoras vacunas.

Fue Catilina quien luchó bravamente contra la plutocracia en Roma. Pero su cabeza, acabó exhibida en Roma.

Así que, corran a por el carnet de haberse administrado la vacuna, llevarán hasta descuento para el cine, el Betis e incluso el alprazolam.

Quousque tándem abutere, Catilina, patientia nostra?