Según J. Llorente (Abc, 6 de abril de 2006), «el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se despachó ayer con grandilocuentes elogios a la II República, de la que dijo que es ‘el único periodo democrático que podemos contemplar en una mirada hacia nuestro pasado’. [...] Tras repetir con insistencia que las iniciativas de aquella época tienen mucho que ver con los actuales ‘pilares de la convivencia’, llegó a ligar parte de su gestión al frente del Gobierno socialista con algunos de los logros de esos años. Zapatero insistió en que la experiencia de aquella etapa fue la del único periodo democrático cuya Carta Magna –la de 1931– iluminó la Norma Fundamental actualmente vigente».
Como fácilmente se deduce de las palabras del señor Rodríguez Zapatero, el periodo 1931-1936 queda simplificado a los hitos positivos de la II República, que los hubo, sobre todo en materia de enseñanza y a favor de la mujer, en contra del juicio de algunas personalidades socialistas y republicanas que no dudaron en admitir los graves errores de aquel régimen, muy especialmente durante la Primavera Trágica de 1936.
Las palabras del señor Rodríguez Zapatero tuvieron eco editorial en varios periódicos. Para El Mundo, debía rechazarse todo revisionismo parcial de la historia y dejar a los historiadores y al ciudadano libertad de juicio.
ERC e IU lograron imponer la Ley de la Memoria Histórica e interpretarla como Ley del Antifranquismo, cuyas huellas las podemos apreciar. Es el logro de una venganza histórica desvergonzada, que no tiene meta...