No sé si estarán conmigo en que a nuestra generación le va a pasar todo lo que podría pasarle en la vida, hasta lo más inverosímil.
Vivimos la muerte de Franco (que algún día tendría que morir), vivimos una Transición con más miedo que vergüenza y con mil temores siempre con la sombra del dictador encima. Vivimos un mundial, el del 82, el de «Naranjito», en España con un chasco tremendo para nuestra selección...
Vivimos una Expo'92 donde los sevillanos aprendimos lo que es hacer una cola y lo que nos gusta una cola -que no se toro- en la actualidad -o serán las leyes de Murphy-, un acontecimiento que marcó a la ciudad y que nos trajo prosperidad y diversión, de recuerdo lo que nos queda en La cartuja y el AVE, aunque los buenos ratos son inolvidables.
Proseguimos nuestras vivencias con el desastre de Boliden-Apirsa o el incendio de Doñana, que parecía imposible y que, con el paso del tiempo, sucedió... ¿Se han puesto soluciones? Bueno, en algunos casos se ha hecho algo pero no todo lo que se debería para que no se repita una situación así.
Vivimos, en directo, el ataque a las Torres Gemelas de N.Y. aquel día que estuvimos pegados al televisor y que no dejaban de sorprendernos esos ataques que pusieron en jaque el mundo, y no había sido ninguna potencia enemigo, habían sido terroristas, tremendo. Como no menos tremendo fueron los asesinatos el 11-M en los vagones de Madrid, con resultado catastrófico en vidas humanas, el terrorismo atacaba a España...
Vivimos como un presidente de Gobierno -Aznar- sufría un atentado terrorista que pudo haberle costado la vida o como ETA dejaba las armas. Los asesinos se pasaban a la política y a los indultos para actuar desde la legalidad con las manos manchadas de sangre, ahí siguen riéndose de la Justicia, de las víctimas y de los españoles ero ¡ojo! que siguen viviendo en España muy a su pesar. ¿No recuerdan ya le vil asesinato de Miguel Ángel Blanco? ¿No lo recuerdan?
Vivimos un tsunami en Indonesia con imágenes espeluznantes de como la Naturaleza se rebela contra el ser humano y vivimos la fuerza de los volcanes, de Islandia o de Canarias, y de cómo pueden poner en jaque a un país o a Europa entera...
Vivimos como España ganaba un mundial, el Sevilla un montón de Europa League, el Real Madrid hacía lo propio con otras pocas de Champion y el Betis se alzaba con dos Copas del Rey que -una de ellas- visitó hasta la boda de Joaquín en tiempos de «Don Manué«. Vivimos unas olimpiadas en España, el oro en fútbol o del oro mundial en baloncesto.
Vivimos una guerra en directo, aquella de las «armas de destrucción masiva» de Irak que luego no aparecían por ningún lado, de la muerte de Bin Laden, Sadam Hussein o el propio Gadafi (Libia), del ascensor al poder de Kum Jong-un -con pocas o muchas luces- en Corea del Norte. Si de guerras hablamos estamos viviendo una con Rusia y Ucrania como desiguales rivales y al «Anticristo» jugando con media Europa.
Vivimos hasta la moda de los “eméritos”... Dos Papas, dos reyes...
Vivimos el drama de la inmigración, del “salto de la valla” en Ceuta o Melilla, de la indefensión o de cómo España dobla las rodillas ante Marruecos y de cómo se ríe su rey de nosotros... ¡Ver para creer! Drama humano en el Estrecho, en Lampedusa y miedo en las calles de nuestras ciudades autónomas.
Vivimos un Cambio Climático galopante y a las naciones más contaminante riéndose de los acuerdos y los protocolos mientras la Naturaleza se revele... El día que diga «basta» nos vamos a hartar de llorar, recuerden: el ser humano es la única especie prescindible del planeta.
Vivimos en una sociedad que se llama libre pero que cada vez tiene menos libertades, de un mundo donde los políticos dicen una cosa para ganar votos y luego hacen lo contrario (como siempre han hecho), vivimos en un baile de máscaras donde el ciudadano es el gran perjudicado y donde la vida no deja de subir allá donde lo único que no suben son los sueldos o las pensiones; vivimos un baile de máscaras donde se ataca a la corona bajo la sospecha declarada de corrupción y los que atacan son los corruptos a los que se les ha destapado sus corruptelas... Vivimos como se injuria a nuestra bandera y a nuestro país y donde no se hace nada, en una época en la que el presidente agacha la cabeza ante una bandera regional pero no entona un ¡Viva España!... ¿Eso es normal?
Finalmente vivimos una pandemia desde hace dos años con un origen poco claro y un beneficiario señalado como es China. Sigue coleando, se busca una vacuna efectiva y definitiva, nos vacunamos y mientras surgen los conspiranoicos de las vacunas, del 5G o de lo que se inventen teniendo poco escudo lo que dicen «médicos» a los que retiraría -personalmente- la licencia-.
Pero si todo eso no fuera poco es que ahora vivimos la «viruela del mono» y ya a uno le falta preguntarse: ¿Qué es lo que nos queda por vivir? Tal vez la caída del gran meteorito que nos destruya o el fin del mundo si no lo estamos viviendo ya, váyase usted a saber...