Vote usted por mí... lo que yo le diga

El Betis facilita a sus accionistas la participación en la junta del 17-D para que deleguen y voten a favor o en contra del actual consejo y sus propuestas

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05 dic 2015 / 16:50 h - Actualizado: 05 dic 2015 / 17:20 h.
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  • Ángel Haro, Juan Carlos Ollero y José Miguel López Catalán. / Manuel Gómez
    Ángel Haro, Juan Carlos Ollero y José Miguel López Catalán. / Manuel Gómez

Cada uno es libre de opinar lo que quiera, sobre todo cuando se conoce el terreno por el que se pisa, pero particularmente me parece fuera de lugar decir que desde los medios oficiales del Betis se favorece una candidatura de cara a la junta del 17-D por publicitar en ellos la posibilidad de ceder la representación al presidente o los miembros del actual consejo, cuando lo que se favorece es la participación de los accionistas, como se hace de forma habitual en las grandes compañías, en especial de los que poseen menos de 10 acciones (la inmensa mayoría) y no pueden acudir de ‘motu propio’ a la Junta Anual Ordinaria, y en ese documento de representación el cedente tiene la facultad de votar A FAVOR o EN CONTRA de la continuidad del actual consejo, las cuentas que se someterán a aprobación y los restantes puntos del orden del día, incluido, llegado el caso, el nombramiento de nuevos consejeros distintos a los actuales y cuyas identidades a día de hoy se desconocen porque no hay ninguna candidatura presentada por los accionistas que exigieron la inclusión de ese punto en el orden del día.

Un matiz, el de votar a favor o en contra, que algunos obvian, seguramente por no haberse parado a leer con detenimiento el contenido de los documentos de representación que se publicitan desde los medios oficiales, criticados por incentivar y facilitar la participación de los accionistas, que son los dueños del club. De hecho, cualquier accionista puede ceder su representación a Ollero u otro miembro del actual consejo y conminarle a que vote contra su gestión y su propio cese y luego, llegado el caso, a favor de los consejeros que pudieran proponer Manuel Ruiz de Lopera (Farusa) o Manuel Castaño, por ejemplo, sin tener que tragarse varias horas de farragosa junta en fechas ya prenavideñas y cargadas de compromisos sociales.

Ahora bien, que la inmensa mayoría de los que vayan a ceder sus acciones a Ollero, Haro, Catalán o al actual consejo lo hagan para mostrarles su respaldo es algo que usted, querido lector, y yo mismo, suponemos, en especial tras repasar su labor al frente del club en los últimos meses y cómo se desarrolló la pasada junta del 23-S, pero la representación no implica sindicación, así que criticar a los medios del club por facilitar las vías para participar y votar en una junta tan trascendente me parece un desatino.

Lo que no es de recibo es que haya en torno a un 20% de acciones del Real Betis Balompié SAD (más de 20.000) que sus legítimos dueños (en su mayoría herederos) desconocen que lo son por el oscurantismo y la falta de información reinante desde la transformación del club en SAD en 1992 hasta nuestros días, lo que se está tratando de solventar desde la oficina de atención al accionista. Incentivar la participación es lo más democrático que se puede hacer en una sociedad. Y, una vez que participe el mayor número de accionistas, que cada uno vote lo que en conciencia le parezca.