- El exdiputado en las Cortes Generales y economista, Ramón Tamames. / Gustavo Valiente - E.P.
El diario El Español daba cuenta de que Vox “da a Tamames por imposible”: «Le vence el ego, es incapaz de controlarse» titulaba el diario. El candidato de Vox a la moción de censura -indicaba asimismo el citado medio- lleva días protagonizando una gira mediática donde acostumbra a enmendar puntos centrales del programa de Abascal. Si no me equivoco, y dado por sentado que El Español deseaba que no se hubiera presentado la moción, parece como si Tamames ya estuviera censurando, pero antes a Vox que al gobierno.
No me extraña todo lo anterior, ¿sabía y sabe Vox lo que es un científico, un intelectual y encima con 89 años, que tal vez da ya por sabido lo esencial del funcionamiento del mundo? El intelecto es libre, no está sometido a ningún partido ni por tanto a consigna alguna, aunque por cortesía y elegancia guarde las formas en relación con Vox, pero dentro de un orden porque no puede traicionarse a sí mismo y menos a su edad. Mi tocayo y colega en una cátedra de Estructura -él de Economía y yo de Estructura de la Información- posee una visión estructural de la Historia -es también historiador- y por tanto aplica ese método a la actualidad, de manera que es imposible una coincidencia con el pensamiento simplón de Vox. La verdad es que no sé por qué ha elegido estar en Las Cortes para esta ceremonia -supongo que porque cree que tiene algo que aportar- pero a mí me gusta que hablen también los espíritus nobles y libres porque lo que se oye y se lee en España, de forma abrumadora, son voces lacayas de esta o aquella cuerda política.
A estas alturas, Tamames es un alma libre y no se va a meter a vocero del Dios, Patria y Justicia de Vox. Naturalmente, los altavoces del PP en los medios ven con malos ojos la operación Tamames, pero, ¿desde cuándo en una llamada democracia es negativo el debate y más si llega de un magister que ya está por encima del bien y del mal? ¿Por qué tanto miedo a que Tamames le sirva como un balón de oxígeno a Sánchez? La presencia de Tamames en la Cámara es lo más interesante que ha ocurrido en toda la legislatura, siempre en referencia a los debates en Cortes. Tamames no está con nadie, sólo se debe a sí mismo y su concepción del mundo y de España es sustancialmente distinta a la de Vox. Como ciudadano, me parece un debate único y espero que el PP y Vox dejen de temblar tanto, eso demuestra que no están seguros ni de derribar a un gobierno agrietado por todas partes. La presencia de un señor independiente pone en guardia al mundo mediático entero, sobre todo a los medios leales al PP y a Vox. En España, estamos acostumbrados a que todo gire en torno a la mediocridad, al voto con el pie en la Cámara, al error garrafal del voto en la Reforma Laboral y al insulto menos grave, grave o gravísimo. Incluso al escupitajo.
El riesgo de Ramón Tamames es doble. Primero, tendrá que tomar las precauciones correspondientes desde un punto de vista médico para aguantar prietas las filas tantas horas de debate. Segundo, deberá llevar a cabo ejercicios de control de sus emociones dado que, sin duda, las intervenciones de algunas de sus señorías le pueden provocar “una subía de leche”, como decían los de Martes y Trece. O más bien una subida de mala leche. Este factor es muy peligroso cuando un catedrático ya veterano, un alto mando militar o incluso un prelado de la Iglesia se hallan frente a una pléyade de atrevidos muchachos y menos muchachos que suelen hacer gala a menudo de la ortodoxia de la ignorancia. Como suele decirse, a ciertas edades no se está ya pa tonterías y Tamames está en esa edad lúcida a la que ha tenido la suerte de llegar. Muchos años sí, pero pocas chorradas para quien ha transitado por todos los caminos por los que están pasando aún quienes todos los días inventan la rueda.
La próxima vez que Abascal desee llevar a cabo una operación similar debería acudir a otra persona que en el fondo pensara como él y fuera dócil. No hay ningún partido que aguante a los intelectuales libres en sus filas. Al revés, han sido históricamente apartados de ellas. Tamames sería un buen asesor de Vox o de cualquier otra formación, pero ponerlo en primera línea y entregarle la tribuna del Congreso es otra cosa. En este sentido, Abascal y Vox han sido valerosos. La coincidencia principal que Tamames puede tener con ellos es el deseo de orden y coherencia para su país. La diferencia tal vez consiste en cómo llegarían él y Vox a esa meta.