Desvariando

Y de repente, importan los mayores

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
07 jun 2020 / 09:59 h - Actualizado: 07 jun 2020 / 10:00 h.
"Desvariando"
  • Y de repente, importan los mayores

Anoche vi el debate de La Sexta y se calentó bastante con el tema de moda estos días: las muertes por coronavirus de miles de ancianos en residencias de nuestro país. Hay un vergonzoso interés por cargarle los muertos a alguien con mando por parte de la prensa del régimen. Tendría que mirarlo bien pero no recuerdo que estos mismos medios investigaran alguna vez el motivo de que hubiera tantos miles de centros de ancianos en España, algunos denunciados por malos tratos a los ingresados, como hemos visto alguna vez en los medios de cobertura nacional.

Se alarman los españoles ante el terror de la noticia, pero a los tres días se olvida el asunto y vámonos que nos vamos. Ahora vende el tema porque un escandaloso porcentaje de muertes por la Covid-19, ocurre en las residencias, donde han fallecido casi veinte mil personas, que es para que la liemos parda. O muchas más, porque ya estamos viendo cómo rebajan las cifras de fallecidos en general para que no les vaya a afectar en las urnas. Fernando Simón: "No creo que sea sensato pregonar que tenemos 43.000 fallecidos con coronavirus".

Lo que no es sensato es mentir, por respeto a los muertos y a los vivos. Es decir, por respeto a los que han muerto y a sus familiares, que han tenido que pasar el quinario para saber algún dato sobre cómo fallecieron sus padres, abuelos o hermanos mayores. Y resulta grotesco ver que los que gobiernan están haciendo todo lo posible para eludir algún tipo de responsabilidad política y penal en estas muertes. Cuando me refiero a los que gobiernan incluyo al Gobierno del país y, lógicamente, al de la comunidad de Madrid.

Por cierto, parece que no han muerto mayores nada más que en esta comunidad y que un muerto de la Rioja es menos muerto que uno de Madrid. Se trata, claro, de perjudicar a la presidenta Isabel Ayuso, que tendrá responsabilidad en la misma medida que la tendrá Pedro Sánchez. Esta guerra de medios afines de uno y otro bando para ver qué gobierno tiene más responsabilidad es francamente vergonzosa y creo que el mundo nos mira con espanto. De repente, importan nuestros mayores, que se han ido seguramente siendo conscientes del abandono.

Algunos, sin duda, fueron rescatados en la crisis anterior, la financiera, para sacar adelante a hijos y nietos, siendo devueltos a las residencias una vez pasado el mal temporal económico. Este es el pago que le hemos dado a toda una generación de españoles, la que nos sacó de una guerra y nos protegió en una posguerra brutal. Se han ido ahogándose, solos y decepcionados, y ahora son mera mercancía electoral de unos gobernantes sin escrúpulos.

No les creo, lo siento. No me creo la pena fingida de Sánchez, Ayuso e Iglesias, porque les preocupa más sin van a seguir en el poder o no para no dejar de gozar con los privilegios y poder enchufar a sus amiguetes, como ha hecho el presidente colocando a su amigo de la infancia, o el vicepresidente haciendo ministra a su novia, que lo único que había hecho era trabajar en un supermercado y enseñar a las chicas, desde El Diván de Irene, cómo había que lamer el escroto y el glande de sus chicos para que fueran felices.