¿Y los sindicatos? ¿dónde están?

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21 mar 2022 / 10:23 h - Actualizado: 21 mar 2022 / 10:28 h.
"Sindicatos"
  • Foto: EFE
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El panorama socioeconómico actual va camino del apocalipsis. Parece la tormenta perfecta, en la que confluyen todos los factores negativos.

Veníamos de una crisis económica de las primas de riesgo y otros parientes, que en teoría se había terminado, pero que las familias seguían padeciendo. Los costes de la energía se dispararon por las nubes y aún siguen subiendo. A ello se sumó la llegada de la Covid 19 paralizando la producción y ocasionando gastos que no estaban previstos. Llegamos a carecer hasta de piezas fundamentales, microchips, para la fabricación de automóviles, que derivaron en escasez de vehículos nuevos y ERTES masivos.

Medio finalizada la pandemia, pero no finalizada del todo, nos vino a ver la guerra de Ucrania, con subidas de carburantes, y otras materias primas esenciales. Con la energía y los carburantes (gasolina, gasoil y gas) el transporte se encarece, y la repercusión en los precios de los productos que necesitan ser transportados (que son todos) es directa.

La reserva que tenemos para paliar estas desgracias es cero. No; menos que cero, porque parece ser que debemos mas del 100% del PIB es decir que el valor de lo que debemos es el precio de España y media. ¿Y los sindicatos...?

Torpemente expresado, porque no se hacerlo mejor, ha quedado descrito un panorama que a buen seguro producirá impacto en los salarios y las condiciones de trabajo. Parece que volveremos a acudir masivamente a los ERTES. Y yo creo que el gobierno lo sabía ya. Porque en la reforma laboral se previó un nuevo tipo de ERTE de mecanismo RED, que nunca había existido antes en España. Este ERTE, de tramitación y circunstancias especiales, requiere que el gobierno active, un estado determinado que afecta a la económica global o sectorial. Hablando en plata: que el gobierno diga oficialmente que la cosa esta fatal en determinado sector o en todos los sectores económicos. No me digan que algo no se olían estos, cuando en diciembre inventaron este tipo de ERTES. De modo que los trabajadores pueden ir apretándose el cinturón, porque vienen duras. ¿Y los sindicatos...?

Cuando yo era un chaval, serían los años 80, Nicolás Redondo padre, secretario de UGT sindicato afín al PSOE, le dijo a Felipe González, presidente socialista, que tenía la misma sensibilidad social que una almeja. Y Nicolás Redondo apreciaba a Felipe González, tanto que llego a acogerlo en su casa dándole cama y comida, cuando Felipe iba camino de Suresnes en la clandestinidad. Pero Nicolás sabía estar en su sitio en cada ocasión. El líder sindical y el presidente del gobierno de entonces, rompieron relaciones a causa de lo que la frase de la almeja resumía, porque Nicolás conocía quien era el colectivo que tenía que defender, ante lo que consideraba un empeoramiento de las condiciones laborales.

Ayer hubo cien mil personas manifestándose en Madrid. Y no se vio un sindicalista ni con prismáticos. Les dan cien millones para que arreglen una sede y los callan para tres años. No se forman, no se actualizan. Cogen a un liberado del sector del taxi o del metal, y le dan una cartera y un bolígrafo del sindicato, y los envían a no trabajar más. A reuniones a calentar cojines y negociar cosas de las que no tienen ni idea. A pintar la mona sin aportar nada. Así les va a sus clientes. Es imperativo que se formen, que se actualicen, que se vuelvan reivindicativos, pero con conocimiento de lo que hablan, no usando charla barata y trasnochada. Porque sus clientes, hoy en día, lo están demandando.

Manuel Alonso Escacena es abogado