Esta semana todos hemos queridos ser suizos. Unos para votar SÍ a una renta de 2.200 euros mensuales sin hacer ni el huevo. Otros para decir que NO.
Particularmente me sumo a los del NO. En España no hace falta decir como quedaría ese referéndum. Mayoría absoluta a favor de cobrar por no doblarla. El problema es que el dinero no se fabrica. Ahora que tanto se habla aquí de rentas básicas creo que lo que hace falta en este país es trabajo, trabajo digno, no dinero regalado. La renta básica es para el que lo necesite en un momento de necesidad social puntual, y no para fabricar flojos.
Por cierto, ¿saben que en Suiza no existe el salario mínimo que tanto nos gusta comparar con otros países? ¿Y saben por qué han dicho que no los suizos? Porque con 2.200 euros mensuales sin moverse de casa, el Papa tendría que apuntarse a un curso de kárate para defenderse, porque en la Guardia Suiza habría menos gente que en el bautizo de Adán. Porque cobrando sin currar, los relojes suizos serian Casio y hasta las máquinas de tabaco suizas dirían «Le va a dar su tabaco... un romano».
El ideólogo del sueldo que los suizos han mandado a la Venta del Nabo decía que «este salario permitirá liberar a la gente de la obligación de trabajar para ganarse la vida». Ole. ¿Y para qué queremos ese dineral, si no va a quedar nadie currando, ni para ponernos una cerveza? Menos mal que aún queda gente con cabeza en Europa que sabe que el dinero lo produce el trabajo y no la magia. Así que más curro y menos lobo.