En pocas palabras: maestros de los momentos, ¡esos son los niños! nadie como ellos para hacer de un momentito un momentazo... Para, de repente, sorprenderte con un sincero abrazo (de esos que te llenan más que un golazo) porque tienen la maravillosa habilidad de dotar el instante de calidad, de ese tipo de calidad que les nace de una generosa autenticidad, tan genuína... ¡que acaba participando en el juego desde el tito hasta la vecina!, porque con esa permanente sonrisa que les acompaña durante el rato de diversión, le están mandando un contundente mensaje al whastapp de tu corazón: "¡estás aquí y es genial! ¿quieres ser mi amigo? ¿quieres jugar?" Toda una lección de vitalidad, solidaridad y amistad sintetizada en esa inocente actitud que alimenta increíblemente tu TÚ: Talento Único...
El Carpe diem con patas
¡Tal cual! El espíritu infantil hace que el "Carpe diem" cobre vida, que se vuelva fértil, sembrando en ti las ganas de contagiarte de ese noble arte del disfrutar, donde la creatividad se convierte en protagonista haciendo que la cama desaparezca de tu vista, convirtiéndose en barco, el único lugar donde podrás estar a salvo de los tiburones que viven en el "arrecife Alfombra"... El viernes de la semana pasada tuve la suerte de formar parte de este maravilloso mundo porque el 15 de Noviembre fue el cumple de mi sobrina, Sofía (¡¡felicidades por esos 8 años, súper policía!!). Lo sé, no tengo hermanos, Sofía es la hija de Vero -hermana de mi chico- pero con su cariño, su inteligencia y su forma de ser, se ha ido ganando mi corazón y me ha hecho crecer (en muchos sentidos). Siendo su cumpleaños, fue ella quien me hizo un regalo, sintetizado en una palabra: "¡tita!" (me encanta ser tu tita, Sofía).
La positividad, ¡a tus pies!
¿Recuerdas la sintonía de los dibujitos Oliver y Benji? "Allá van con el balón en los pies y ninguno los podrá detener..." Al canturrearlo en mi cabeza parece que estoy viendo de nuevo esos partidos interminables que duraban varios capítulos y que siempre te sorprendían... Pues el otro día, en el cumple de Sofía, más que "con el balón en los pies", yo iba (literalmente) con dos hermosos hipopótamos rosa en los pies: unas babuchas "la mar" de cómodas y calentitas, y, al calzármelas y verlas tan grandotas, aquellas zapatillas que daban la nota me hicieron exclamar: "¡zapatillas de HIPO!" (la cantinela se metió en mi cabeza durante todo el cumple). Al repetirlo un par de veces y quedarme mirando, divertida, los dos enormes hipos rosa que llevaba en mis pies, una gran verdad pude ver: ¡iba caminando con el calzado de las HIstorias POsitivas!
Llevé aquellas simpáticas babuchas toda la tarde y me dí cuenta de que caminas con las zapatillas de HIPO, es decir, de esas HIstorias llenas de POsitivad, cada vez que te rodeas de esas personas que son todo autenticidad, que te hacen vibrar, con las que conjugas todas las formas del verbo disfrutar, de tal forma que, el momento, ¡ya no es momento! sino cimiento de diversión, reflexión y satisfacción... No es un instante cualquiera, ya es una historia que hará Historia en tu humana trayectoria...
¿Lo oyes? es el whatsapp de tu corazón, leélo con atención y empezarás a crear tu mejor versión...
María Graciani