Desde la madrugada de ayer, Ceuta está siendo tomada por miles de marroquíes que cruzan la frontera sin control alguno. Ya son más de 5.000 personas las que se encuentran en territorio español y se calcula que 1.000 de ellas son menores de edad. Han sido familias enteras, niños sin compañía de adultos, jóvenes, bebés de apenas unos días de vida, los que han cruzado, bien a nado, bien a pie, la frontera española. Ya se conoce la primera víctima mortal de esta entrada masiva de las miles de personas que han bordeado los espigones que separan las fronteras del Tarajal y Benzú en Ceuta. Un joven ha muerto ahogado al intentar llegar a nado de un lado a otro.
El ejército español se ha desplegado en la zona intentando controlar la situación. Está previsto que lleguen 200 agentes de la Policía Nacional para reforzar la seguridad mientras la policía marroquí mira a otra parte. Nunca antes se había vivido nada igual en la zona. Y todo esto es el producto de una crisis diplomática que ha estallado después de que el Gobierno español atendiese al líder del Frente Polisario que sufre la Covid-19, algo que el Gobierno marroquí niega que tenga relación.
La situación podría complicarse en Melilla (esta noche han saltado la valla 80 personas aproximadamente), en Canarias y en el Mar de Alborán. Y algunas consecuencias gravísimas puede acarrear esta crisis, como es la negativa (ya anunciada por Marruecos) a colaborar con España y Alemania en materia de Inteligencia; esto es, en materia de terrorismo yihadista.
En este momento ya se están devolviendo a los adultos que han cruzado durante las últimas horas. Los MENA serán los que queden en territorio español.
Marruecos es un país muy cercano geográficamente con el que España mantiene relaciones muy cercanas desde hace mucho tiempo. Y, al mismo tiempo, es un país que suele reaccionar mal frente a situaciones que interpretan como contrarias a sus intereses. Pedro Sánchez es el único presidente español que no ha pisado territorio alaouita. Este es un dato significativo que no se debe perder de vista.
Sea como sea, España se enfrenta a una crisis que podría evolucionar hasta ser peligrosa para los españoles que viven en Ceuta, Melilla o Canarias. Es necesario que se tomen medidas urgentes en materia de seguridad, que se hagan las gestiones necesarias para que los que han cruzado la frontera de forma irregular regresen a su país, para que los menores sean atendidos adecuadamente y para que las cosas vuelvan a su estado normal.