Apología del franquismo y Código Penal

¿Qué es hacer apología del franquismo? ¿Se producen homenajes a dictadores en España como afirmaba Adriana Lastra hace unos días? ¿Conviene un cambio en el Código Penal para tipificar algo que se realiza por parte de un grupo reducidísimo de personas en contadas ocasiones y que son irrelevantes? ¿Dónde comienza la apología del franquismo y dónde termina la libertad de expresión de las personas?

Son demasiadas preguntas de difícil respuesta las que se plantean ante el cambio anunciado por Adriana Lastra en el Código Penal. Tal vez lo que se busca con un movimiento de esta categoría es que la modificación sustancial, la que afectará a los políticos presos catalanes, quede inédita tras esta cortina de humo envuelta en ese empeño estúpido de tener el franquismo sobre la mesa para que sirva de arma política y para mantener España dividida en dos.

Tanto el PSOE como Unidas Podemos se adentran en un territorio del que no se conocen límites y agitan un asunto que ya debería estar olvidado. Salvo que se conozcan los límites reales y las posibles consecuencias de las decisiones, lo mejor es contener el ánimo en asuntos de esta índole.

¿Si un escritor presentara su obra de ficción y se comprobase que el dictador Franco es el protagonista y que se le presenta como un hombre cabal, bueno con su familia, generoso en sus decisiones y exquisitamente honrado, estaríamos ante un claro ejemplo de apología del franquismo o ante la clara manifestación de la libertad de expresión de un artista?

El Gobierno debe tener cuidado puesto que el efecto que buscan puede ser el contrario al deseado.