Buscar fórmulas para activar el mercado laboral

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10 jul 2020 / 06:00 h - Actualizado: 09 jul 2020 / 13:31 h.
"Editorial"
  • Trabajadores en una cadena de montaje de una fábrica de motocicletas. / FELIPE TRUEBA - EFE
    Trabajadores en una cadena de montaje de una fábrica de motocicletas. / FELIPE TRUEBA - EFE

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Una de las grandes preguntas que los Gobiernos de todo el mundo deben contestar es la que se interesa por cuánto tiempo más hay que esforzarse para mantener en pie las ayudas de urgencia que se han aplicado desde el principio de la pandemia.

Según el informe sobre Perspectiva de empleo elaborado por la OCDE, es necesario que se haga todo lo posible con el fin de que las ayudas al empleo no se conviertan en la razón fundamental de una falta de normalización del mercado laboral que ha de llegar lo antes posible. Desde luego, afinar, matizar o limar aristas en esas ayudas es del todo necesario y debe suceder con carácter de urgencia. La pandemia llegó de forma brutal y las decisiones se tomaron con prisas, sin la necesaria reflexión, de modo que se han producido con toda seguridad algunos abusos y se han utilizado algunas herramientas de ayuda de forma irregular. Los ERTE’s son el paradigma por ser la medida estrella. Por otra parte, los ERTE’s no pueden ser eternos. El pulmón de las empresas ha de soportar situaciones difíciles y tendrá que hacerlo ahora que llega un reto extraordinario en forma de crisis económica.

En España lo que es necesario es contar con políticas económicas que impulsen los mercados y, también, planes de desarrollo para sectores estratégicos de la economía nacional que se hayan visto afectados gravemente. Inversiones fuertes en tecnología, formación de los trabajadores y concentraciones empresariales que se traduzcan en la consolidación de empresas mucho más poderosas en todos los aspectos, deben convertirse en puntales de la recuperación económica.

Además, en España debemos echar un vistazo a las experiencias pasadas. En 2008, los jóvenes, las mujeres y los trabajadores contratados de forma temporal, sufrieron las consecuencias de una crisis que diezmó la economía mundial y, especialmente, la española. Volverá a ocurrir si no se pone remedio ya, ahora. Inversiones atinadas, la erradicación del empleo precario, políticas de fomento del trabajo en los sectores más castigados y un gasto público controlado, forman parte del camino. De un camino que transitaremos de forma irremediable.